A las izquierdas del Foro de Sao Paulo

Al poco de saber la marcha al exilio de Mónica Baltodano y su familia, me he sentado ante el ordenador y me he puesto a escribir, sin un guion previsto, sin un plan organizado para elaborar un documento. De manera bastante improvisada y con el pensamiento puesto en la reacción crítica que debiera tener la izquierda y que no tendrá, salvo honrosas excepciones.

Seré claro desde el principio. Creo y siento que una parte no pequeña de la izquierda latinoamericana está desactivada intelectualmente, al igual que su proyecto político. Donde debiera prevalecer un pensamiento crítico, de combate, prevalece una posición conservadora que no se corresponde con pasados heroicos.

Dolorosa separación

Nicaragua y más exactamente el comportamiento político y ético de Daniel Ortega y Rosario Murillo, pone a prueba a las izquierdas de América Latina. O despliegan una crítica que restituya la razón de ser de su misma existencia, el ejercicio de la verdad como fuente revolucionaria y solvencia moral, o persisten en una idea preconcebida que todo lo explica culpando de nuestros males a factores externos que siempre son y serán una amenaza (el imperialismo), pero que no pueden utilizarse como cortina de humo para tapar nuestros errores.

¿Qué hizo que un tipo como yo, vinculado a la revolución sandinista desde hace más de treinta y cinco años, cambiara su posición sobre Daniel Ortega y lo que representa? ¿Cómo pudo ser que una revolución admirada, terminara siendo denunciada por brillantes intelectuales? Lo hizo el ya fallecido Eduardo Galeano que había sido amigo íntimo de Tomás Borge. Y el Sub comandante Marcos y el zapatismo; y José Pepe Mújica; y Noam Chomsky; y Boaventura do Santos; y el colombiano Gustavo Petro; y el teólogo Leonardo Boff; y recuerdo especialmente a Marta Harnecker que meses antes de morir quiso traducir al inglés uno de mis artículos críticos sobre Nicaragua para distribuirlo. Y lo hizo. A nadie de izquierda, en su sano juicio, se le ocurriría relacionar a alguno de estos nombres con intereses foráneos.

Podría citar una gran cantidad de personas de izquierda que, como yo, han suscrito artículos y declaraciones pidiendo a Ortega que libere a los presos políticos, se lleve a la justicia a los responsables de los tiroteos contra gente indefensa en abril de 2018 y que el gobierno dialogue y negocie una salida democrática con otras fuerzas sociales y políticas del país. Recuerdo ahora la primera declaración que firmé en 2006. La compartí con personas tan honorables como Miguel Núñez, octogenario condecorado por la revolución sandinista, siempre leal al principio de decir la verdad. Ya entonces denunciamos lo que tenía todo el aspecto de ser un gobierno autócrata, tal y como el paso del tiempo ha puesto de relieve.

Lo cierto es que principales aliados del gobierno de Ortega, durante los últimos 11 años, y hasta el estallido social de abril de 2018, eran los banqueros, los principales empresarios del país y las dirigencias del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP). Juntos venían dándole rango constitucional a su “modelo de alianzas”. Ortega al frente del Estado garantizaba estabilidad social y oportunidades para hacer negocios y enriquecerse como nunca, tanto él como sus socios del gran capital (familia Pellas, por ejemplo). Ortega, como caudillo, armonizaba su proceder neoliberal con paliativos sociales de corte clientelar y asistencial para el sostenimiento de su base electoral. Algunos intelectuales de derecha llegaron a calificar esos manejos como “populismo responsable”.

Tratados de libre comercio y buena nota del FMI

Lo cierto es que, hasta el 18 de abril de 2018, las relaciones de Ortega con Estados Unidos eran notablemente buenas. No podía ser de otra manera, pues privilegió todas las políticas de libre mercado: los tratados de libre comercio, las facilidades para las maquilas y las concesiones sin condiciones al capital extranjero. Además, aplicó con mano dura las políticas migratorias gringas, y por la frontera sur de Nicaragua no se colaba nadie que pudiera tener planes de emigrar a Estados Unidos. Ortega convirtió los límites nicaragüenses en el deseado muro de Trump. Igualmente, el orteguismo autorizó la presencia militar estadounidense y la acción de la DEA en Nicaragua con el pretexto del combate a la narcoactividad. Por todo ello llevó a Nicaragua a obtener las mejores notas del FMI, del Banco Mundial y del BID. Las relaciones de los últimos 11 años con Estados Unidos fueron de las más cordiales, basadas en el principio de que lo que importaba era lo que el gobierno nicaragüense verdaderamente hacía, no lo que aparentaba hacer, y menos lo que ocasionalmente decía.

Llegó lo de abril de 2018 y la fachada del régimen comenzó a fracturarse.

Protestas de la gente, desde abajo

Las protestas contra la disminución de las pensiones en un 5%, y contra el aumento de las cotizaciones de los trabajadores y empresarios al INSS, debiera haber conducido a la apertura de un diálogo con las partes sociales interesadas. También debieron ser debatidas como exigen las leyes de Nicaragua en la Asamblea Nacional, pero se pretendieron imponer por decreto presidencial. Es verdad que el Gobierno reculó ante la oleada de protestas, pero los manifestantes en lugar de guardar las pancartas las sacaron de nuevo a las calles y plazas, extendiendo sus reivindicaciones al cuestionamiento de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Una parte muy importante del pueblo sintió que era la hora de exigir cambios radicales en las políticas de Daniel y la Chayo, así como la liberación de los presos. Y es que en el orden social nada estaba cambiando en el país, si no es a peor, en una economía que funciona bajo la obediencia al Fondo Monetario Internacional, y por consiguiente aumenta las desigualdades sociales. La estrategia del asistencialismo siempre otorga ventajas a un gobierno, pero es poco recomendable cuando se trata de transformar la sociedad.

No, no estamos en ninguna segunda etapa de la Revolución, no se están realizando transformaciones que consoliden en Nicaragua un sistema de justicia social. Todo lo contrario: se ha fortalecido, como nunca antes, un régimen económico-social corrupto en el que los pobres están condenados a rebuscarse la vida en trabajos informales, precarios, por cuenta propia o a trabajar por salarios miserables y en largas jornadas, condenados a emigrar a otros países en busca de trabajo, condenados a pensiones de jubilación precarias. Se trata de un régimen de inequidad social con un creciente proceso de concentración de la riqueza en grupos minoritarios. Algunos portavoces de grupos que apoyan incondicionalmente a la pareja gobernante Ortega-Murillo aluden a una supuesta mejoría de la realidad económica y social de la población. No es verdad. Han mejorado los leales al régimen, y muy poco. Sin embargo, ni siquiera unos posibles avances sociales justifican la violación sistemática de los DDHH y la represión continuada y arbitraria que practica el Gobierno.

En segundo lugar, se ha profundizado la subordinación del país a la lógica global del capital. Nicaragua, se ha ido entregando a las grandes transnacionales y a los capitales extranjeros, que llegan a explotar riquezas naturales o a aprovecharse de la mano de obra barata, como sucede en las zonas francas. El caso más patético de esta lógica entreguista del país y de sus recursos es la concesión a un empresario chino de la construcción del Canal Interoceánico. Pero ha habido previamente muchas otras concesiones mineras, forestales, pesqueras, en la generación de energía, que han ido ocupando todo el país.

En tercer lugar, el actual sistema económico-social imperante en Nicaragua trata de reducir a la mínima expresión las resistencias sociales. Por otro lado, se ha desarrollado un desmedido proceso de concentración de poder en la pareja Ortega-Murillo y su círculo más cercano. Es un poder que amenaza con destruir todo vestigio de institucionalidad democrática. Ahora mismo Nicaragua funciona como se hubiera un partido único, con algún partido “zancudo” dando cobertura al régimen. El régimen funciona con círculos concéntricos: el más pequeño formado por Ortega-Murillo y algunos familiares y amigos de siempre; el segundo círculo el de algunos veteranos leales en el ejército y la policía; el tercero por los secretarios del partido en los territorios; el cuarto el de grupos milicianos a las órdenes de Rosario Murillo.

El golpe que nunca existió

Pero ¿qué pasó realmente aquel ABRIL de 2018? Leí la declaración de La Habana del Foro de Sao Paulo y me tuve que frotar los ojos. En ella se avalaba la versión de Ortega-Murillo, completamente insostenible desde el uso de la razón. Puedo entender que se tratara de echar una mano al verdadero poder de Nicaragua y sus prácticas represivas, pero no al precio de negar el sentido común.

Ortega-Murillo, la pareja gobernante afirmó que se trataba de una tentativa de golpe de Estado. El caso es que un hubo un golpe parlamentario y de los jueces en Brasil para eliminar a Dilma Rousseff; hubo golpes parlamentarios en Honduras y Paraguay, para quitar de presidentes a Zelaya y Lugo. Pero, en Nicaragua toda la fuerza está concentrada en el Gobierno. El ejército, la policía y el propio parlamento son fieles a Ortega-Murillo (71 parlamentario de 92). ¿Son los golpistas lo estudiantes? ¿Dónde están y quiénes son? ¿Son las madres que se manifestaron en Managua desafiando a los francotiradores? ¿Dónde están las armas de los golpistas? Qué más quisiera Daniel Ortega que presentar golpistas y armamento en los medios de comunicación. Pero no los hay. Otra cosa es que la inteligencia de EEUU trate de aprovechar la ola de la protesta popular para infiltrar su propaganda, pero esto es siempre esperable y no modifica la idea de que el famoso golpe es un invento para dar cobertura a lo que está pasando durante los últimos tres años: la persecución y detención de cientos de jóvenes bajo la acusación de terroristas. Recuerdo que en la URSS el régimen utilizaba el lenguaje del marxismo para justificar un capitalismo de Estado. Pasa igual en Nicaragua con el lenguaje antiimperialista de Ortega para justificar la concentración de poder.

Lo cierto es que da la risa calificar de golpe de Estado a los acontecimientos de abril de 2018. Nadie con sentido común podemos avalar semejante tesis. Insisto, ¿es alguien capaz de identificar a los golpistas? ¿de mostrar sus armas?

Me parece tan ridículo afirmar lo de golpe como decir que la acusación de Zoilamérica de abusos sexuales fue un montaje de la CIA. Nadie va a ser más radical que yo mismo en lo que tiene que ver con la condena de las políticas de EEUU, pero decir que todo aquello que hacemos mal es como consecuencia de la obra del imperialismo, es una cortina de humo que nos impide acceder a un diagnóstico de lo que realmente está sucediendo.

Mujica, Galeano, Saramago

En contraste con la reunión de aquel Foro de Sao Paulo en La Habana, en esos mismos días, José Mujica, ex presidente de Uruguay afirmó: «En Nicaragua gobierna una autocracia». Como se sabe es el régimen político en el que una sola persona gobierna sin someterse a ningún tipo de limitación. Es sinónimo de dictadura. Sus palabras fueron: «Un sueño se desvía, hay una autocracia. Perdieron el sentido de la vida quienes ayer fueron revolucionarios», afirmó en relación a Ortega, y luego pidió que dejara la presidencia de su país. Mucho antes, en agosto de 2008, el escritor Eduardo Galeano, también uruguayo, a propósito del juicio promovido por el gobierno de Daniel Ortega contra el monje y poeta Ernesto Cardenal, escribió: «Toda mi solidaridad para Ernesto Cardenal, gran poeta, espléndida persona, hermano mío del alma, contra esta infame condena de un juez infame al servicio de un infame gobierno». En esos mismos días, José Saramago gran escritor y comunista, calificó a Ortega de indigno de su propio pasado. Al menos en la izquierda también hay voces luminosas, pensé cuando escuché estas reacciones.

La grandeza de la izquierda reside en la capacidad de verdad que sepa soportar. Pero con frecuencia la verdad, o no se reconoce o se silencia.

Las jornadas de abril 2018 fueron terribles. Según datos cruzados de diferentes organismos de DDHH fueron entre 325-350 las personas asesinadas. De ellas un 85% por el régimen y un 15% por grupos violentos contra policías y paramilitares. El caso es que el Gobierno de Daniel Ortega tenía y tiene la responsabilidad de velar por la vida de todas las víctimas, incluso si hubiera señales –que no las hay- de que las protestas obedecieran a directrices violentas. No se puede quitar la vida con la única finalidad de sembrar el terror.

La izquierda, como portadora de valores humanistas no tiene nada que ganar con quienes desprecian la vida de otros.

Algunos nombres de la represión

Con el corazón en la mano. Conocemos a la mayoría de personas perseguidas y muchas ya detenidas en régimen de aislamiento, la izquierda del Foro de Sao Paulo sabe quiénes son Víctor Hugo Tinoco, el exgeneral Hugo Torres, Dora María Téllez, Ana Margarita Vijil, Mónica Baltodano, Sergio Ramírez, Julio López, Irving Dávila, Tamara Dávila, Suyen Barahona, Gioconda Belli, Henry Ruiz, Edgar Tijerino, los hermanos Mejía Godoy, Norma Helena Gadea, René Vivas, Víctor Tirado, los hermanos Carrión (Luis ya exilado), los hermanos Cardenal ya fallecidos, todos ellos auténticos sandinistas, como el comandante Henry Ruiz. ¿Podemos creer que son traidores a la patria, como proclama Daniel Ortega? ¿Qué están al servicio de Estados Unidos?

Contra ellos y lo que representan va la represión, así como contra una larga lista de opositores liberales, conservadores, sandinistas disidentes, todos los cuales están en su derecho de organizarse y presentar candidaturas para las elecciones de noviembre. También empresarios son perseguidos y detenidos. Con una excepción: las grandes fortunas nacionales son tratadas con guante blanco.

A muchas de las personas detenidas y encarceladas se les imputa arbitrariamente delitos de traición a la patria, una figura jurídica, creada ad hoc, que permite a Ortega y Murillo ordenar nuevas detenciones cada día, y convertir en delito la libertad de expresión. Ortega trata de deshumanizar a la oposición afirmando “no son oposición, son criminales”. Terrible. Muchas de las detenciones se producen bajo la presunción de culpabilidad. No hay aplicación de la ley, hay venganza y ajustes de cuentas. Una mayoría abrumadora de dirigentes sandinistas de los años setenta y ochenta han abandonado el partido FSLN, sin dejar de ser sandinistas, críticos con la concentración de poder de la pareja gobernante. Una pareja en la que Ortega pone la venganza y Murillo el esoterismo.

Repito: La izquierda no tiene nada que ganar con Daniel Ortega. Y lo que es peor, la defensa de su política de asalto y violación a los derechos humanos mancha también la historia colectiva de las izquierdas.

La verdad es siempre revolucionaria

Reconozco que durante años he sido participe de un comportamiento de la izquierda que consiste en callar, silenciar y dar la espalda a realidades que no nos gustan criticar porque entendemos, erróneamente, que al hacerlo perjudicamos a nuestra causa. La declaración que firmamos en 2006 un grupo de personas vinculadas a la historia de la solidaridad con Nicaragua no me exime de responsabilidad. Debería haber sido partícipe de ese principio ético de que la verdad es siempre revolucionaria. Realmente, lo que nos hace daño es tapar y justificar actuaciones de la izquierda que deben ser criticadas por otras izquierdas. Desde una posición sana, deberíamos interesarnos en esclarecer la verdad, para fortalecernos política y moralmente.

El caso es que nos encontramos en un escenario político surrealista. La pareja gobernante parece querer instaurar una dinastía en el poder, al punto de que sus propios hijos ocupan de manera irregular responsabilidades de Estado por mandato autocrático, sustituyendo en viajes oficiales a ministros e incluso al canciller. Lo cierto es que todo el poder está concentrado en la familia Ortega-Murillo y en un pequeño grupo de incondicionales que alimentan la existencia de un caudillaje que les proporciona seguridad para ejercer de cargos públicos con derecho a mejorar su patrimonio. Como afirma el histórico guerrillero Henry Ruiz, «ya no hay ideología, no hay mística, no hay normas, no hay debate, no hay nada». Pero este vacío no impide que con el lenguaje del antiimperialismo Ortega siga manteniendo un ascendente significativo sobre una amplia parte de la sociedad. En parte por apoyos que vienen de tiempos de la revolución, en parte por una práctica de clientelismo que se alimenta de un asistencialismo en forma de pequeños lotes agrarios, de láminas de zinc, de bicicletas, y otras donaciones cubiertas hasta ahora con dinero procedente de la generosidad petrolera venezolana. Además, favores personales, premios y castigos, que se completan con una vigilancia diaria a través del cinturón de hierro tejido por la vicepresidenta Rosario Murillo, que ha sabido crear una fuerza social que presta servicios al Gobierno bajo la fórmula de participación ciudadana.

El mítico comandante Henry Ruiz, el más veterano de la guerrilla en la montaña, lo denuncia: «Al principio nos pareció que su programa apuntaba a una economía de desarrollo nacional. Fue un espejismo. Se fue rapidito al INCAE para asegurar a los grandes empresarios nacionales que respetaría sus negocios e impulsaría privatizaciones. Ustedes hagan la economía y yo haré la política, les dijo».

¿Por qué seguir callando?

¿Por qué falta valor en la izquierda para reconocer el mensaje abrumador de los hechos? ¿por qué seguir callando?

La autocrítica nos hace fuertes, la autocomplacencia nos da fachada sin cimientos; pronto se derrumba por su propio peso.

En la izquierda hay mucho conservador. Ser de izquierda no es sinónimo de ser revolucionario, ni siquiera en América Latina. En cambio, ser revolucionario es siempre ser de izquierdas.

La gran reserva estratégica de la izquierda reside en no fallar al pueblo, en la credibilidad, en decir la verdad, en ser una fuerza valiente, transparente. Por eso la autocrítica es tan necesaria. Y lo es porque la sociedad que perseguimos sólo se podrá lograr si nuestros actos, nuestras acciones, nuestras palabras, van en consonancia con lo que decimos. Las falsas retóricas nos alejan de nuestra función educadora de la sociedad.

No podemos aceptar que se nos asocie con un proyecto represivo que violenta los DDHH, la libertad de expresión, y los derechos civiles y políticos de sectores de la población nicaragüense. La represión sobre el pueblo es lo contrario de lo que predicamos y por lo que luchamos. Tapar comportamientos erráticos de la izquierda nos intoxica y nos resta toda credibilidad.

La izquierda, las izquierdas, defendemos la libertad y como dijo Rosa Luxemburgo en “Reforma o revolución” la libertad lo es especialmente para quienes piensan distinto.

Tras las experiencias negativas de países del Este, las y los revolucionarios no podemos ser asociados con esas realidades. Precisamente, los Derechos Humanos son hoy una agenda aliada de la izquierda y de los revolucionarios. En el mundo derechista que vivimos, bajo el poder de mafias financieras, los DDHH son una oportunidad, un programa para la izquierda. Pues bien, los DDHH no se respetan en Nicaragua. Las izquierdas debemos levantar la bandera de los DDHH que debe ser innegociable.

Cronológicamente no sé cuándo empezó este deterioro de la pareja Ortega-Murillo. Pero el pacto con Arnoldo Alemán fue una decisión que ha marcado para siempre a Daniel Ortega. Negoció su acceso al poder con un corrupto condenado en los tribunales, así como con el sector más conservador de la Iglesia Católica, a cambio de votar en contra de una ley de aborto terapéutico. La conversión de Daniel, sus repentinas apariciones dominicales televisadas en la catedral, incluso con Lenin Cerna, me parecieron patética. Nada creíble, puro oportunismo. ¿Es normal que un partido que se auto considera de izquierda proclame que el país es oficialmente cristiano? “Nicaragua cristiana, solidaria y socialista”, es la divisa del Gobierno. Semejante confesionalismo en pleno siglo XXI, es inaceptable, pues es mera manipulación de las emociones populares. Ciertamente, mueve a la vergüenza este sesgo seudo religioso. Rosario Murillo, la vicepresidenta, ha creado una especie de evangelio propio, invoca a Dios y la Virgen y reviste de misticismo a su compañero, Daniel Ortega: «Dios» y «Daniel». Este «evangelio» choca con la cultura democrática, incluso con los valores de la izquierda. El providencialismo y el caudillaje es un mal que ha hecho mucho daño en América Latina.

Izquierda y conservadurismo

Termino. Desde algunas voces de la izquierda se defiende al régimen de Daniel Ortega aludiendo a que con la derecha sería peor o que la lucha contra el neoliberalismo justifica la utilización de cualquier medio, a tal punto que la crítica a lo nuestro se interpreta como un regalo al enemigo. Con frecuencia la izquierda latinoamericana ha caído en un pragmatismo funcional para defender causas indefendibles sin explorar en explicaciones sin trampas que permitan alcanzar el conocimiento objetivo de la realidad Por esa razón, ha tolerado la supresión de la libertad en nombre de la libertad. Y ha tolerado la corrupción y despotismo de algunos de sus líderes, por ejemplo de Ortega, en nombre de la necesidad urgente de acceder o mantenerse en el poder. Pero una moralidad que corrija el mundo que vivimos no se puede construir a partir del despotismo y la corrupción.

El espíritu conservador en la izquierda se manifiesta habitualmente en la incapacidad de cultivar un sentido de la crisis, una atención crítica continuada a lo que sucede en la vida real. Se prefiere obviar los hechos, enmarcarlos en todo caso en un cuadro explicativo unilateral y acrítico, con tal de salvar unas categorías ideológicas y políticas ya obsoletas. Este espíritu conservador no está preparado para revisar legados ideológicos y producir ideas e imágenes más ricas y adecuadas a nuevas situaciones. Convierte lo revolucionario en una pieza arqueológica en lugar de hacer de ello una palanca para, si hace falta, recomenzar de nuevo. Es verdad que la idea de criticar lo propio no tiene una historia muy extensa y la del pensamiento crítico menos todavía, pero las gentes de izquierda necesitamos recorrer un camino que nos libere de camisas de fuerza intelectuales que nosotros mismos hemos construido, mediatizados por nuestros propios temores.

La Nicaragua que fue y la de hoy

Muchas voces de izquierda tienen una opinión anticuada sobre la realidad de Nicaragua. Anticuada porque pertenece a lo que fue, no a lo que es en la actualidad. Es una construcción ideológica la que expresan esas voces, no parten de los datos, más bien los obvia porque sólo así la ideología intervenida por ideas preconcebidas puede prevalecer. Me da pena, pues la nueva sociedad deseable necesita más que nunca construirse desde los datos de una realidad viva, sea la que sea. Yo, con humildad, aconsejaría a los defensores de Ortega que vayan estos días a Nicaragua. Que hablen si quieren con las autoridades, pero que hablen también con la gente, que vayan a las universidades y barrios, que dialoguen con los pobladores y escuchen sus testimonios que denuncian el despliegue de fuerzas paramilitares y las redadas contra opositores por el hecho de serlo. Vayan, vayan a Nicaragua, y sean consecuentes con la idea de que la verdad es siempre revolucionaria.

¡Viva Sandino!

El Alzheimer, una suerte de olvido para los olvidados

ROBERTO VALLE

Arquitecto y activista cultural

“La desdicha de los ancianos es un signo de fracaso de la civilización contemporánea”

Simone de Beauvoir. La vejez.

Este texto se escribió en abril de 2020 y recoge una experiencia iniciada en la comarca de Tierra de Campos, en la provincia de Valladolid, protagonizada por sus propios habitantes, consistente en la exploración de formas de vivir la vejez ajenas a las residencias convencionales (públicas o privadas) y que a su vez pretenden buscar e incidir en formas de dinamización social, cultural, económica… más amplias. Todo ello en una zona con muchos puntos en común con otras de características similares por estar inmersas en un proceso de descomposición y abandono progresivo desde hace unas décadas. La aparición de un hecho excepcional, como esta pandemia del covid, ha acentuado y hecho más visibles las consecuencias de determinadas formas, hoy y aquí imperantes, de entender socialmente la vejez.

INTRODUCCIÓN

PANORAMA ACTUAL Y FUTURO

SITUACIÓN GENERAL DE LA GENTE MAYOR. PRESENTE Y FUTURO EN LOS PUEBLOS PROPUESTA DE FUNCIONAMIENTO PARA UN PUEBLO PEQUEÑO, BARRIO O DISTRITO COMO PRIMERA EXPERIENCIA.

Paisaje de Tierra de Campos

INTRODUCCIÓN

Estamos asistiendo estos días a una experiencia que se mueve entre la realidad y la ficción, un mal sueño o una pesadilla. Situación antes nunca vivida, aunque sí imaginada dentro del mundo de la ciencia ficción, que deja bien a la vista entre otras cosas la fragilidad del hombre como especie y de la sociedad en la que vivimos.

De los muchos aspectos que se pueden analizar, y habrá que dejar pasar el tiempo para profundizar, está el de cómo ha afectado este virus a la gente en función de su edad y particularmente a la de mayor edad.

Y es este el aspecto en el que nos vamos a centrar y sobre el que tenemos que reflexionar, pues ha puesto al descubierto la situación real de estos centros en nuestro país. Me refiero a las residencias para personas mayores. Residencias en una situación que no podemos obviar, que debemos analizar y poner remedio y que necesariamente tenemos que cambiar.

España de momento ha dado el índice mayor de muertos, siendo el mayor porcentaje de estos muertos el que corresponde a la gente de más edad. Con estos datos nos hemos colocado a la cabeza del mundo. A la fecha de hoy 4 de abril del 2020 las personas mayores muertas ascienden a 8.404 y en Castilla y León 1.400, casi todas en las residencias públicas y privadas, 1.214 en total en Castilla y León.

En un primer momento se puede pensar que es debido a que por mayores son más débiles y tienen menos defensas, y esto es cierto, pero solo en parte.

Reflexionando sobre el tema vemos que:

− En primer lugar, en la situación de alarma se impuso el confinamiento, cuando en las residencias ya se estaba llevando una política y una vida y convivencia de reclusión.

− En segundo lugar, entre las medidas y estrategias a seguir se olvidaron de la situación real de las residencias de la tercera edad y de su hacinamiento. Convivencia que se caracteriza por la proximidad de los residentes y trabajadores en espacios normalmente reducidos y cerrados. Todo lo contrario de lo recomendable. Pero no se deparó en ello y de ahí las consecuencias cuanto menos lamentables. Tendríamos que añadir las circunstancias de una muerte aislada, sin posible ayuda de los familiares y para remate, terminar sin ver a los fallecidos y sin poder despedirse de ellos en una cultura como la nuestra. Esto es cuanto menos doloroso, dramático y traumático para los que lo tienen que vivir.

− Se está descubriendo, aunque ya lo sabíamos, que el personal en las residencias es escaso y en su mayoría no preparado para una función de atención sanitaria, para una fase de contaminación inicial en la que aún no se requiere hospitalización. Sin la posibilidad de poder tomar medidas y estrategias de confinamiento en el centro en función de la gravedad de los casos, siempre antes de la hospitalización. A todo esto ha contribuido una política de medidas en las que ha predominado la falta de medios materiales, de recursos personales, de improvisaciones, y quiero pensar y así lo creo, no por falta de voluntad de querer hacer las cosas bien.

Las consecuencias no han podido ser más lamentables y denunciables. Si bien el gobierno no deparó en esta situación y no puso el remedio a tiempo, no es menos denunciable la responsabilidad de los que gestionan este servicio público desde lo privado.

Esta pandemia ha puesto a prueba las residencias de la Tercera Edad en nuestro país y a puesto al descubierto cómo funcionan.

No es la primera vez que reflexionando sobre ese tema ya se denunció el error de privatizar estos servicios que como otros muchos son necesarios para toda la población y así están recogidos en la constitución. Servicios que por necesarios privatizarlos es un negocio y como negocio privado, con la política del máximo beneficio acaban haciendo negocio y privatizando una necesidad y encima sin los medios y la calidad que requieren. Y esto en el mejor de los casos, pues sus servicios tiene un precio asequible sólo para una minoría con poder adquisitivo y al que no pueden acceder la mayoría de la población con pensiones insuficientes. Lo mismo ha pasado con la vivienda, la enseñanza, etc.

Necesidades dejadas en manos de la iniciativa privada con políticas a las que son muy asiduos ciertos partidos políticos.

Todo esto nos lleva a unas conclusiones claras y de sentido común en las que todos estamos de acuerdo, en que el modelo de residencia actual no funciona, son muy caras, y sólo son accesibles a una minoría con un alto poder adquisitivo. Es como el último acto de vampirismo sobre las personas cuando llegan al final de sus vidas. Aunque después les queda el tema funerario, otro gran negocio, en muchos casos sin escrúpulos, donde tener una muerte digna tampoco está al alcance de todos y depende de la clase social a la que pertenezcas. Otra vergüenza e injusticia más por resolver.

Decimos que no funcionan pues no hay más que ver la calidad de vida.

Pero en todo caso y esto es quizás la reflexión más interesante que se puede hacer, y es que las residencias actuales, además de no ser accesibles para la mayoría, no funcionan. No resuelven el problema para esa etapa de la vida y necesariamente se tienen que replantear en su totalidad, y esto para las públicas que se lo tienen que replantear desde cero. De las privadas mejor no hablar. El que pueda que se la pague con todas las limitaciones que tienen y baja calidad de vida. Nos interesa más pensar en las soluciones para resolver el problema de la mayoría.

Imagen típica de vestíbulo o salón de residencia de ancianos.

PANORAMA ACTUAL Y FUTURO

− Al margen de ser España el país de Europa o del mundo con menor porcentaje de nacimientos y más esperanza de vida, es una realidad que la sociedad española envejece.

− El 20% de los ancianos viven en infraviviendas.

− Cuatro o cinco ancianos al mes en la comunidad valenciana mueren solas y se las encuentra en estado avanzado de descomposición. Estas situaciones antes eran esporádicas.

− Una de cada cuatro personas tendrá más de 65 años dentro de tres lustros.

− «La tercera causa de suicidio en Málaga es la soledad de los mayores», asegura Ruth Sarabia, directora general de derechos sociales del ayuntamiento. «cuando llegan a cierta edad consideran que ya nadie les quiere y en muchas ocasiones tratan de suicidarse»,

− Serán más de 12 millones de personas con esas edades frente a los alrededor de nueve que hay ahora. Dentro de 50 años la cifra se elevará a cerca de 15 millones.

− En 2068, casi siete millones (6,85) de personas habrán cumplido o superado los 80, una cifra que duplica los casi tres millones actuales.

− El número de personas que viven solas aumentará hasta alcanzar los 5,8 millones en 15 años. Será un país más viejo y con más soledad.

− Si ahora hay unos 11.000 ancianos que han superado los 100 años, en 2033 se habrán cuadruplicado, hasta más de 46.000. y según lo previsto, dentro de 50 años podrían ser más de 200.000. A mitad de siglo, se habrá multiplicado por diez la cifra de centenarios que hay en la actualidad.

− De los 20,3 millones de hogares que habrá en 2033, según estas proyecciones, el 28,9% del total serán unipersonales, es decir, dentro de 15 años cerca de uno de cada tres domicilios estará habitado por una sola persona.

− En el 2040 España será el país con más ancianos del mundo.

− El 60% de las personas mayores de 65 años viven solas.

− La soledad impuesta es un tipo de maltrato.

Las soluciones actuales no son alternativas

− Las residencias son como los hoteles: de 5 estrellas, 4 estrellas,…, hostales, hasta pensiones de mala muerte, a las que no puede acceder ni siquiera la mayoría de la población.

− 10 años en una residencia de 2.000 € al mes, con una estancia de 10 años supone 240.000 €. las más baratas de 1.000 €, 10 años 120.000 €.4

− Las residencias dan la impresión de ser aparcaderos de personas olvidadas. donde la enfermedad del Alzheimer puede llegar a ser una suerte de olvido para los olvidados.

− Ya está dicho, estamos en una situación en la que todas las necesidades (vivienda, trabajo, sanidad, educación, etc.) son negocio. Si en vez de ser públicas se privatizan ya no llega a todos y se generan diferencias sociales.

− Con las residencias actuales en manos la mayoría de empresas privadas, en las que el fin es el máximo beneficio, asistimos a una situación de dotaciones, de recursos y mantenimientos mínimos y al mínimo coste. El máximo beneficio impone sus reglas. El lema: largas estancias y tranquilas, sedación y duración. ingresos fijos por muchos años. Conozco más de un caso al que se le ha aplicado esta receta. La receta de las 15 pastillas al día es algo conocido por todos.

Alternativas de futuro

− Una persona cuando la jubilan tiene 65 años y con una esperanza de vida de 85 años, que será mayor en el futuro, tiene por delante toda una vida, y posiblemente la más interesante; una vida de 20 años o más. ¡Veinte años es toda una vida!

− Veinte años recluidos en una residencia es una ruina física, mental y económica.

− En una cultura como la nuestra donde entre otras cosas, la vejez y lo viejo no se valora, lo que no ocurre en otras culturas como la japonesa, donde a la gente mayor se la venera, propicia una cierta marginación de estas personas. Es un problema de nuestra cultura. Pero se puede cambiar o por lo menos se puede intentar.

− Esta necesidad con la solución actual no está económicamente al alcance de la mayoría de los ciudadanos. Con las pensiones actuales de la mayoría no se puede acceder a una residencia, ni en las ciudades y menos en los pueblos. El objetivo tiene que ser soluciones asistenciales gratuitas.

− Las soluciones no son o no son sólo arquitectónicas por mucho interés que pongamos los arquitectos. Espacios entre otras cosas sin referencias que deslocalizan a las personas. Teníamos que tener una filosofía zen para asumir esta deslocalización y desposesión. No olvidemos que somos lo que recordamos.

− Creo que otras opciones son posibles, con o sin el apoyo de las instituciones. Con la gestión por los propios afectados que organizados en colectivos con los mismos problemas pueden llevar a cabo proyectos y soluciones viables económicamente y de gran calidad asistencial. Colectivos con los mismos problemas para autogestionar estos servicios y necesidades. Tenemos que confiar cada vez más en los colectivos unidos por los mismos problemas, sin duda capaces de resolver en el día a día, a medio y largo plazo. Se puede empezar por crear equipos de trabajo. Interés sociológico, arquitectónico y urbanístico, cultural, institucional y político, etc. Siendo un tema multidisciplinar se puede contar con la colaboración de profesionales, mancomunar los problemas y las soluciones así como las personas necesarias y por supuesto siempre con el apoyo de los ciudadanos de las pequeñas o grandes poblaciones donde se lleven a cabo los proyectos; colaboración imprescindible, sin límites de edad; unos por jóvenes, con su energía e ideas y otros por mayores con su experiencia, y todos juntos con problemas y soluciones comunes. Sería un compromiso ejemplar que cada uno dedicase una parte de su tiempo a colaborar en este tipo de experiencias. Casi como una obligación moral. Un trabajo social. Como “un impuesto” social. Como campos de trabajo en distintas épocas del año, donde el más beneficiado seguro que sería el propio colaborador al propiciar y experimentar otras experiencias, otros contactos, otros conocimientos, perfectamente posible al margen de su trabajo y ocupación profesional. Puede incluir todos los perfiles.

SITUACIÓN GENERAL DE LA GENTE MAYOR. PRESENTE Y FUTURO EN LOS PUEBLOS

− Expectativas de futuro a corto, medio y largo plazo.

− Alternativas a las residencias actuales.

La imagen y situación de nuestros pueblos ya conocemos cual es. Población cada vez más envejecida. Recursos y asistencias cada vez más escasos. Bajos recursos económicos de la mayoría. Abandono y ruina del patrimonio materia e inmaterial.

Ante esta situación se plantean nuevas soluciones que podían ser entre otras:

Asistencias compartidas para necesidades comunes. Puestos de trabajo nuevos con cabida para los emigrantes y refugiados. Hemos sido un pueblo de mezcla de culturas, un pueblo de mestizaje. Dar cabida a los refugiados y emigrantes es una obligación que nos beneficia a todos. El mestizaje, en contra de planteamientos xenófobos, es el futuro, se quiera o no se quiera. Ante este fenómeno demográfico no caben fronteras ni barreras, ni muros, es un fenómeno imparable e imposible de contener y no tenemos más que ver la historia. Ya lo dijo y pronosticó Eliseo Reclús, el geógrafo francés del siglo XIX. Pero es que además beneficia a todos. Y no cabe duda que en España en este momento resolvería muchos de los problemas que tenemos en el mundo rural y urbano.

Es una de las bases importantes de recuperación de nuestros pueblos y un apoyo casi imprescindible para resolver muchos de nuestros problemas.

Poner en valor las propias viviendas infrautilizadas o cerradas.

Este es un aspecto también de reflexión. Es casi ya generalizado el sentir y el problema de que los pueblos literalmente se hunden. Su arquitectura y su patrimonio vernáculo se abandonan y se arruinan. No se pueden mantener, pero sin embargo se da la contradicción de la necesidad de una vivienda para mucha gente que no lo tiene, a pesar de ser un derecho constitucional. Esto nos lleva a pensar en soluciones, que podían pasar por compartirlas, y esta solución podría estar relacionada con la asistencia a la tercera edad en estas localidades, gentes en su mayoría, sin poder adquisitivo para ir a una residencia, y si puede, que en todo caso no sea como las actuales.

Las viviendas usadas y compartidas pueden facilitar su conservación, pues ya sabemos lo que pasa cuando se cierran; puede ser menos costoso su mantenimiento y pueden suponer una ayuda económica a sus dueños, o una compensación a cambio de otros servicios o prestaciones necesarias.

Compartir personal especializado a nivel comarcal y provincial. No perder la referencia del lugar donde siempre se ha vivido, tanto a escala del entorno natural, como al urbano y de la vivienda, rodeado de sus objetos, amigos y espacios de recuerdos de la infancia y otras épocas de la vida. Un no claro a la descontextualización que supone encerrarse o que te recluyan en una residencia como las actuales.

Fomentar la convivencia intergeneracional e interracial. Este es un tema cultural y como tema cultural sabemos que se puede cambiar y evolucionar, y ejemplos tenemos a lo largo de la historia. Recuperar el interés por nuestros mayores y por las personas con otras culturas.

Coordinación con otra experiencia similar a nivel como mínimo comarcal.

Integración urbana. Sustituir el concepto de habitación por el de vivienda. En las residencias actuales las unidades de convivencia ya están dirigidas en este sentido.

Autonomía, dignidad y calidad de vida para las personas mayores y sus familias, mantenimiento el máximo de sus potencialidades y capacidades. Modelos de atención más acordes con las necesidades de las personas.

Autogestionar estos servicios por los propios colectivos interesados unidos por los mismos problemas.

Creación de redes de coordinación y generación de investigación con instituciones académicas u otras con fines similares de carácter multidisciplinar y transversal de ámbito local, nacional o internacional aprovechando las nuevas tecnologías.

Buscar en la comunidad europea apoyo económico dentro de los programas de crecimiento demográfico necesario en los pueblos que se están despoblando. Programas europeos de apoyo a los refugiados y los emigrantes.

El apoyo de fundaciones privadas que colaboren en cualquiera de las fases de desarrollo del programa.

Pueblo de Tierra de Campos. Melgar de Abajo

PROPUESTA DE FUNCIONAMIENTO PARA UN PUEBLO PEQUEÑO, BARRIO O DISTRITO COMO PRIMERA EXPERIENCIA

Lo primero conocer el medio y sus recursos. Su historia y evolución. Elaborar proyectos a corto, medio y largo plazo. Estudios previos y paralelos de investigación, con el apoyo económico de las instituciones y del personal de la universidad, alumnos y profesores a través de becas u otro tipo de colaboraciones temporales, campos de trabajo, etc.

Plan de trabajo y etapas

− Estudio demográfico de la localidad. Pasado, presente y futuro.

− Estudio de recursos económicos (agricultura, artesanía, recursos naturales (rio, pantano, etc.) patrimonio, recursos culturales, etc. Su explotación con nuevas técnicas y medios. La especialización. La gestión comunal de los recursos. La investigación.

− Las cooperativas como solución para la gestión de los recursos económicos, en todas sus fases. Por ejemplo en pueblos con recursos forestales o cultivos energéticos, gestionar todo el proceso desde el monte o cultivo a la fabricación del producto (peles, astillas, etc.) y su distribución y comercialización. Estos proyectos generarían recursos económicos y puestos de trabajo.

− Posibles ofertas de trabajo: Asistencial compartido. Construcción para la rehabilitación o adecuación de lo existente. Explotación de los recursos de la zona, agricultura, huerta, madera, caza, pesca, palomares, artesanía, gastronomía, fuentes energéticas (forestal, cultivos energéticos, sol, viento, etc.).

− Asentamiento de población joven, inmigrantes y refugiados. − Recuperar los trabajos artesanos. Documentarlos y ponerlos en práctica.

Posibles equipos de trabajo

− Ayuntamiento.

− Los vecinos del pueblo.

− Fundaciones sin ánimo de lucro

− Asociaciones de todo tipo en torno a temas diversos.

− Profesionales arquitectos, sociólogos, médicos, asistentes sociales, etc.

− Donaciones y colaboraciones de particulares.

No cabe duda de que estamos en un momento de cambios importantes. Uno de ellos será el redescubrir la calidad de vida en los pueblos pequeños que nos permitirá otro tipo de vida con un contacto más directo con la naturaleza.

El pueblo permitirá, frente a la ciudad, otro tipo de vida, otro ritmo, otros trabajos de todo tipo vinculados a la agricultura, a la artesanía, al ocio con recurso económico para el pueblo por quienes lo visitan con estancias de todo tipo de duraciones; trabajos de investigación; asentamiento para talleres de artistas (pintores, escultores, etc.). Todo tipo de trabajos que encuentran en la escala del pueblo el tamaño y el ambiente para un trabajo creativo, de investigación, de retiro, tranquilidad, silencio, etc. La gran ciudad siempre la tendremos para visitarla y disfrutar de sus ofertas culturales.

Sin profundizar mucho se puede ver que este tipo de asentamientos en pequeños pueblos es de gran interés como alternativa a las ciudades. Es, cuando menos, atractivo y una alternativa de vida, para gente joven y jubilados. Para cierto tipo de trabajos y perfil de edad es casi perfecto. La mejor calidad de vida está asegurada. Volver a la naturaleza o descubrirla es una gran aventura de vida. Este potencial que tienen y van a tener estos pueblos es lo que se tiene que aprovechar y poner en marcha. Cada vez se verá como la alternativa con más demanda y futuro.

Resumen

− Replantearse desde cero las residencias actuales. Es un modelo que no funciona sean públicas o privadas. No al aislamiento, a la reclusión, a la descontextualización, al olvido.

− Las residencias estarán pensadas para personas dependientes, y más cerca de una asistencia sanitaria, con personal cualificado para estos servicios. Mancomunar este servicio.

− Máximas exigencias para las residencias privadas, de recursos humanos, medios materiales, programas de actividades y funcionamiento. Control estatal.

− No a la privatización de las residencias públicas. Otras alternativas de gestión.

− Nuevas alternativas al problema de la gente mayor con pocos recursos económicos. Alternativas de funcionamiento comunal, para pueblos pequeños, barrios o distritos en los pueblos más grandes o ciudades. La residencia entendida en un marco espacial y arquitectónico más amplio. A toda la localidad, todo el barrio o distrito se puede extender el espacio residencial. Poner en valor los recursos de las casas y viviendas infrautilizadas. Explotar los recursos abandonados con investigación y nuevas tecnologías y la gestión por cooperativas integradas por personas unidas por los mismos problemas. Una puerta abierta al mestizaje.

EN ESTOS PROYECTOS NO OLVIDEMOS QUE EL RECORRIDO ES PARTE DEL OBJETIVO, Y LA SATISFACCIÓN.

Roberto Valle es arquitecto y forma parte de los colectivos

integrantes de este proyecto en Tierra de Campos

Soberanía alimentaria en tiempos del coronavirus en África Occidental

E. C. Simón
Revista Umoya, nº 102, 2021

Zonas devastadas por conflictos, enfermedades en los cultivos, invasiones de langostas, acaparamientos de tierras… la lista de obstáculos al desarrollo en África continúa. La epidemia de Covid-19 es solo uno de muchos. Sin embargo, la crisis parece mostrar la capacidad de resiliencia de los pequeños agricultores del continente, en particular los de África occidental, que centrándose en los cultivos tradicionales tratan de alimentar a sus comunidades en tiempos de pandemia.

Hace tiempo que numerosas organizaciones y expertos comprometidos con la preservación del medio ambiente y la justicia económica vienen denunciando la insostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos. La llegada de la pandemia no ha hecho sino sumarse a una serie de fenómenos que ya padecía el continente africano y que le impide un desarrollo integral.

Desde el incremento de los monocultivos (maíz, soja…), a menudo transgénicos, con la consiguiente pérdida de diversidad agrícola, pasando por el aumento en el uso de fertilizantes químicos y plaguicidas, que contaminan agua y suelo, hasta llegar al acaparamiento de tierras para la plantación de agro-combustibles o de cultivos para la exportación, son sólo algunas de las preocupaciones de los agricultores africanos.

A esto hay que añadir que en Burkina Faso, Chad, Costa de Marfil, Mali, Mauritania, Níger, Nigeria y Senegal ha habido graves inundaciones que han destruido cultivos y han provocado la pérdida de muchos animales domésticos. Estas lluvias son uno de los fenómenos extremos asociados al cambio climático. Otras preocupaciones son las plagas, como el gusano cogollero, que ataca los cultivos de maíz, o la langosta, que está en aumento en África Oriental. Todo esto mezclado con la continua inseguridad vinculada a determinados grupos terroristas y con la aparición del coronavirus.

La población rural es mayoritariamente joven y, por el momento, la epidemia ha afectado principalmente a las ciudades y a una proporción muy pequeña de la población, por lo que se prevé que tenga un impacto menor en los hogares rurales que la malaria, el dengue o el VIH-SIDA.

La crisis del coronavirus ha amplificado los problemas en las cadenas cortas de suministro, debido a los cierres y las restricciones en los mercados informales y al aire libre, ya que es más complicado cumplir las medidas de higiene y de distanciamiento social. Los cierres de mercados en Burkina Faso, Ghana o Senegal, entre otros, han cortado las rutas de aprovisionamiento para las comunidades y los puntos de venta para los agricultores, agravando situaciones de pobreza.

Cuando Ghana decretó el confinamiento, los precios de los alimentos básicos aumentaron en un 20- 33%, con importantes repercusiones para quienes poseen pocos recursos. Aunque la pandemia no ha impactado tanto la salud como en otras zonas del mundo, es evidente el impacto del cierre de fronteras y en la subida de precios de algunos alimentos de importación.

Sin embargo, algunos países de la costa de África Occidental (Costa de Marfil, Benín, Togo, etc.), junto con el sur de Malí y Burkina Faso, por mostrar un ejemplo, están demostrando ser relativamente resistentes a los efectos de la epidemia, y la crisis de salud probablemente tendrá un impacto limitado en su producción de alimentos. Las razones hay que buscarlas en diferentes peculiaridades y en afrontar las dificultades como una oportunidad.

En primer lugar, los agricultores de esta zona suelen tener cultivos tradicionales, no intensivos. Estos países tienen un gran potencial para producir cultivos tradicionales como la mandioca, el plátano, el ñame y el sorgo, que generalmente se cultivan de forma no intensiva, con un uso muy limitado de fertilizantes y plaguicidas. Por lo tanto, no se han visto afectados por los problemas de suministro de insumos.

En segundo lugar, los productores han podido contar con la mano de obra agrícola que todavía está disponible en las zonas de producción a pesar de las recientes restricciones de movimiento: toques de queda, bloqueos de ciertas ciudades. En el apogeo de la temporada, los trabajadores agrícolas generalmente permanecen en su región de origen para plantar, mantener y cosechar cultivos. La única excepción es la  producción de cacao en Costa de Marfil y Ghana, que utiliza trabajadores de países vecinos.

En tercer lugar, esta crisis ofrece la oportunidad de cambiar patrones de consumo y tipos de cultivos, ya que cada vez más población vive en las ciudades y son los consumidores urbanos los que constituyen una fuerza importante para el cambio. Las clases medias y con menos recursos pueden comprar más productos locales como maíz, sorgo, mandioca, ñame o plátano, en lugar de arroz y trigo importados. Con la caída de los precios de combustible y transporte, las raíces, los tubérculos y el plátano, que son particularmente pesados, son más accesibles.

Dadas las actuales dificultades de suministro, Marruecos, por ejemplo, ha cerrado sus fronteras y ya no puede abastecer a los mercados de África occidental con cebollas y naranjas, esos consumidores también tendrán que comprar más frutas y verduras locales. Siempre que estos productos sean de buena calidad, los consumidores pueden optar por comprar menos alimentos importados de Europa (congelados, enlatados o frescos).

Además, algunos gobiernos han decidido aumentar sus reservas de alimentos de emergencia, principalmente cereales, para hacer frente a posibles contratiempos en el mercado mundial del arroz a corto y medio plazo. Las organizaciones de productores, por ejemplo de Benín, han podido vender recientemente sus existencias de la cosecha 2019/20 a un precio aceptable. Asimismo, los precios de la fibra de algodón en el mercado mundial han caído un 20% desde enero de 2020 y los tipos de los anacardos un 36%, lo que obliga a los agricultores a tener que diversificar sus cultivos. En Malí, la cadena de valor del algodón ha fijado el precio de compra de la semilla de algodón en 200 francos CFA/kg para la temporada 2020/21, en comparación con los 275 francos CFA del año pasado (un 27% mayor). Esto facilita el acceso a las semillas de las economías más pobres.

Por último, los precios de venta de los productos de exportación (anacardos, caucho, algodón, sésamo, etc.) últimamente han caído drásticamente. En respuesta a esta caída en los ingresos, los agricultores tienen la opción de aumentar, en su sistema de rotación de cultivos, la superficie dedicada a cultivos tradicionales para el mercado local.

La capacidad de los agricultores para beneficiarse de estas oportunidades dependerá de la duración de las restricciones al transporte terrestre y aéreo y, sobre todo, de la rapidez con que reaccionen. Las cadenas de valor de los cultivos locales de África occidental pueden volverse más competitivas en relación con los alimentos importados e impulsar la soberanía alimentaria de estos países. En definitiva, se trata de transformar el sistema alimentario para que genere resiliencia a todos los niveles y para ello se precisan políticas públicas adecuadas, fomentar los mercados locales con las debidas medidas de seguridad y permitir el acceso de los agricultores a los recursos que necesitan.

También se hace necesario revisar urgentemente todo lo que obstaculiza su soberanía alimentaria. Los acuerdos de propiedad intelectual que rigen los recursos genéticos agrícolas, como los cultivos y la ganadería, no deben impedir el uso y el intercambio gratuito de variedades y razas agrícolas entre los campesinos y sus comunidades. La conservación y el intercambio de semillas son prácticas vitales para los agricultores del Sur Global. A largo plazo, es preciso una reforma agraria para reducir las grandes desigualdades en el acceso a la tierra, especialmente para los millones de pequeños agricultores que cultivan menos de dos hectáreas en África subsahariana.

La sociedad civil organizada, sobre todo las organizaciones comunitarias, los grupos de agricultores y las cooperativas, han demostrado ser un amortiguador eficaz contra los impactos de la pandemia. La soberanía alimentaria, que enfatiza la toma de decisiones democráticas en el sistema alimentario y el acceso a la tierra y a los recursos, debe ser el objetivo a seguir por las diferentes comunidades convirtiendo las dificultades actuales en oportunidades de futuro. Esta situación ha demostrado que los gobiernos pueden y deben intervenir para corregir los fallos del mercado y reorientar las actividades económicas para servir al bien común.

Fuentes:

http://umoya.info/umoyaweb/Umoya_102_web.pdf
http://www.ipes-food.org/_img/upload/files/COVID-19_CommuniqueES%281%29.pdf
https://azadaverde.org/soberania-alimentaria-en-tiempos-de-covid-19

10 de diciembre, Día Mundial de los Derechos Humanos

Comunicado de Prensa
Madrid 10 de diciembre de 2018
POR LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS PERSONAS REFUGIADAS Y MIGRANTES.
Espacio de confluencia de Refugio por Derecho Madrid y Queremos Acoger Ya. Semana en Red por los Derechos Humanos. 
Con motivo del Día Mundial de los Derechos Humanos, hoy 10 de diciembre, las organizaciones sociales, sindicales y políticas ​que integramos los espacios colaborativos y de confluencia ​Refugio por Derecho Madrid y ​Queremos Acoger Ya​, lanzamos una campaña de comunicación a través de las redes sociales con el objetivo de visibilizar la vulneración sistemática de los DDHH de la población migrante y/o refugiada en nuestro país.

Desde hoy y hasta el próximo 18 de diciembre, Día Internacional del Migrante, tendemos un puente de información y dignificación. Cada jornada ofreceremos información relevante sobre distintas realidades de las personas refugiadas o migrantes que, por el simple hecho de no tener la nacionalidad española o europea, haber huido de sus países de origen y transitar o habitar en un país distinto al de origen, ven violentados o vulnerados sus DDHH. Y todo ello, a pesar de la supuesta arquitectura del Derecho y convenciones internacionales que les debería amparar.

UN DÍA, UNA CAUSA​. El objetivo de la campaña es concienciar cada día sobre un problema que afecta a la vida cotidiana de distintos sectores de la población migrante o refugiada y visualizar la vulneración de sus derechos o denunciar el incumplimiento por las autoridades españolas de los acuerdos internacionales de DDHH. Así, el martes 11 hablaremos de losMENA​, niñas, niños y adolescentes menores de 18 años, de origen extranjero, que llegan solos huyendo de situaciones de pobreza, violencia o desestructuración familiar y que, al estar en una situación de desamparo, deberían recibir “por derecho” la protección del Estado. El miércoles 12 será el turno de ​la externalización de fronteras, ​política promovida desde las instituciones europeas para desplazar la gestión de nuestras fronteras exteriores hacia los países del Sur, evitando la llegada de personas refugiadas y migrantes, y despreocupándose del trato a las personas migrantes o refugiadas en esos terceros países. El jueves 13 hablaremos de ​los CIEs y la violencia institucional en distintas vertientes (redadas racistas, ley de Extranjería, persecución de la manta…). Las ​devoluciones en calientetendrán el protagonismo el viernes 14. El sábado 15 se afrontará el ​marco jurídico en Extranjería y Asilo​, una legislación de asilo española obsoleta y que no está adaptada a la normativa internacional, ni al Derecho de la UE. El domingo 16 será el día para dar a conocerla tarjeta roja​, documento que identifica a la persona solicitante de protección internacional. La persecución por motivos de ​género o identidad sexual será el argumento fundamental del lunes 17. Por último, el martes 18 ​−​día del Migrante​− concluiremos la campaña con la defensa de una sociedad integradora y con cohesión social que haga de la diversidad una riqueza y no un elemento de desigualdad.

Desde 1960 la población que migra a nivel global es estable, un 3% de la población mundial, es importante preservar los derechos de estas personas en movimiento. En “esta semana de los DDHH” sobran los motivos para alzar la voz y denunciar las vulneraciones de derecho que sufren las personas refugiadas y migrantes en nuestro país.

Por último, desde las organizaciones participantes en esta campaña hacemos un llamamiento a los medios de comunicación para hacerse eco de esta realidad y abordar, día tras día, la vida cotidiana de las personas migrantes y refugiadas​. Asimismo, interpelamos a la ciudadanía a secundar esta acción de comunicación que persigue una mayor y profunda concienciación y dignificación del género humano. Solo así, y con una movilización ciudadana consciente, será posible una acogida e integración efectiva que ponga freno a las dificultades de convivencia y al progresivo repunte de actitudes y discursos políticos xenófobos.

POR LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS PERSONAS REFUGIADAS Y MIGRANTES.