Unos 1.500 presos políticos palestinos secundan la huelga de hambre indefinida iniciada el pasado lunes 17 de abril en las distintas cárceles israelíes en las que se encuentran recluidos, coincidiendo con el día del prisionero. El objetivo es visibilizar y denunciar las condiciones inhumanas a las que están sometidos bajo el control del régimen israelí dentro las cárceles: tortura física y psicológica, malos tratos, aislamiento, violencia sexual, amenazas a familiares, negación al derecho de atención sanitaria adecuada, privación del derecho a la educación y a visitas familiares, negligencias médicas deliberadas, privación de las libertades de culto, hacinamiento, temperaturas extremas, condiciones insalubres, etc.

Según la organización Palestinian Prisioner’s Club desde 1967 alrededor de 200 presos palestinos han muerto en prisión debido a torturas, trato inhumano, vejaciones degradantes y negligencias médicas. Unos 75 de ellos han sido asesinados en el transcurso de las detenciones debido a brutales palizas propinadas por los soldados israelíes.

Esta huelga de hambre, la de mayor seguimiento en la historia de la resistencia palestina, ha sido impulsada por el líder político palestino Marwan Barghouti, miembro destacado del partido Fatah que jugó un importante papel durante las intifadas. Barghouti ha difundido una carta desde la prisión israelí en la que cumple la condena de 5 cadenas perpetuas explicando que esta es una lucha por la libertad y la diginidad.

El New York Times publicaba el día 16 de abril la carta titulada “Why We Are on Hunger Strike in Israel’s Prisons” (“Por qué estamos en huelga de hambre en las prisiones israelíes”). El líder palestino habla de un sistema arbitrario de detención masiva y de malos tratos hacia los presos palestinos.

“Décadas de experiencia han demostrado que el sistema inhumano de ocupación colonial y militar de Israel pretende romper el espíritu de los prisioneros y la nación a la que pertenecen, infligiendo sufrimiento a sus cuerpos, separándolos de sus familias y comunidades, utilizando medidas humillantes para obligar al sometimiento”. En la carta describe algunas de las torturas a las que ha sido sometido por los soldados israelíes desde que con 15 años fuera detenido y llevado a una prisión israelí por primera vez.

Actualmente hay 6.300 palestinos políticos palestinos encerrados en cárceles israelíes. De ellos, alrededor de 500 permanecen retenidos sin conocer de qué se les acusa y sin tener derecho a defenderse, bajo el régimen de detención administrativa (incluyendo dos niños). Entre estos presos se encuentran, según la organización palestina de derechos humanos ADDAMEER unas 56 mujeres (entre ellas 16 niñas) y alrededor de 300 menores de edad.

Addameer lleva desde su creación en 1991 realizando una labor de defensa legal de los presos, documentando todas las vejaciones y violaciones de derechos humanos a los que son sometidos los palestinos no sólo dentro de las prisiones sino en el proceso de sus detenciones, y realizando campañas de sensibilización. Según esta ONG el 40% de los hombres palestinos pasa al menos una vez en la vida por cárceles israelíes y en los últimos 20 años Israel ha detenido a unos 12.000 menores. Tras una recogida de testimonios de miles de palestinos detenidos o encarcelados, Addameer ha podido identificar más de 100 tipos de tortura. Y aunque parezca increíble, la Corte Suprema israelí acepta desde 1991 la tortura como modo de interrogatorio para palestinos.

Las detenciones administrativas son una de las prácticas más injustas a las que son sometidos los palestinos. La organización de derechos humanos  israelí B’Tselem define la detención administrativa como una detención que se ejecuta únicamente sobre la base de una orden administrativa, sin acusación ni juicio, y que puede prolongarse durante años.

Las Cortes militares israelíes que juzgan a los palestinos constituyen un mero espejismo de legalidad en todo este sistema: “según el Departamento de Estado, la tasa de condenas para los palestinos en los tribunales militares es de casi el 90 por ciento”. Además, el régimen de apartheid israelí somete a las personas palestinas a una ley distinta. El interrogatorio para un israelí puede durar un máximo de 25 días, mientras que un palestino puede permanecer detenido hasta 6 meses siendo interrogado, sin derecho a defensa ni a visitas. Un niño israelí que tira una piedra será llevado a un tribunal civil mientras que uno palestino será llevado al tribunal militar, donde puede ser acusado y procesado.

Por otro lado, las cárceles israelíes donde son retenidos los palestinos se encuentran en territorios israelíes, por lo que el mero hecho de trasladar a estas personas a dichas localizaciones ya supone un sistema de operar ilegal, al transferir población del país ocupado, Palestina, forzosamente a otro territorio. Esta operación además separa a los presos de sus familias e impide en la práctica la mayoría de sus visitas.

Reacciones a la huelga

La primera reacción de Israel ha sido la represión. Según confirmaba el Ministro de Seguridad Pública de Israel, Gilad Erdan, el líder Barghouti responsable de la convocatoria ha sido puesto en aislamiento, al igual que muchos otros de los presos que secundan la huelga. Como castigo, desde el martes 18 de abril el Estado de Israel ha dado orden de prohibir las visitas de las familias de los presos. Además, este Ministro ha prometido que no negociará con los presos bajo ningún concepto.

El jueves 20 de abril un grupo de ultraderechistas israelíes organizaban una barbacoa a las puertas de una de estas prisiones, próxima a Jerusalén, con el único objetivo de intentar hacer mella en las fuerzas de los presos. Un acto que da muestra del odio y la impunidad de los israelíes más radicales.

Sin embargo, la huelga está recibiendo muestras de apoyo a lo largo y ancho del mundo, unas reacciones que en Israel levantan ampollas. Entre las adhesiones a las campañas para la liberación de los presos políticos palestinos se encuentran 8 premios Nobel de la Paz, 120 gobiernos, cientos de políticos, artistas y académicos.

A través de las redes sociales se están utilizando los siguientes hasta con fotos y mensajes de solidaridad: #PalHunger, #Dignity_Strike, #Free_Palestinian_Political_Prisoners, #StopAD  o #NotATarget. Addameer anima a apoyar la campaña en redes para visibilizar la huelga.

Esta huelga de hambre constituye la única opción de lucha que tienen los presos palestinos encarcelados, la única vía posible para hacerse visibles ante el mundo y denunciar el cruel sistema de tortura y violación de sus derechos básicos en que se encuentran, a merced de la onmipresente impunidad del Estado de Israel.

“Nuestras cadenas se romperán antes que nosotros, porque es la naturaleza humana atender a la llamada de la libertad sin importar el precio” Marwan Barghouti.

Cada año Acción en Red participa en las Brigada de Paz a Palestina junto con la organización catalana Pau Sempre y la organización palestina To Be There, una brigada de dos semanas a Cisjordania en la que activistas de ambas organizaciones tienen la oportunidad de encontrarse con activistas palestinos: asociaciones de mujeres, de presos, organizaciones de campesinos, sindicatos de estudiantes, comités de resistencia, ONG que trabajan denunciando los abusos del ejército israelí y los colonos, etc. El objetivo es realizar una labor de sensibilización y de apoyo a los movimientos de resistencia no violenta en Palestina.

Puedes seguir toda la actividad de las brigadas en el blog: https://reconstruircasaspalestinas.wordpress.com/