Problemas ambientales para el nuevo gobierno.

Francisco Castejón

Miembro de Acción en Red-Madrid

Desde luego, el problema principal a que se enfrenta el nuevo gobierno es el del cambio climático y los efectos que conlleva. Por suerte o por desgracia, la lucha contra el cambio climático y sus efectos tiene muchas implicaciones en diferentes campos ambientales y sociales. Se trata, por un lado, de tomar medidas que reduzcan en lo posible el calentamiento global, aun sabiendo que la reducción de emisiones debe ser a nivel mundial para ser efectiva, y, por otro, de desarrollar políticas que permitan sobrellevar los efectos del cambio climático.

En la toma de medidas y la adopción de políticas mitigadores de los efectos del cambio climático, el gobierno se las tendrá que ver muy a menudo con las comunidades autónomas y ayuntamientos, que tienen transferidas competencias sobre medio ambiente y urbanismo. Y, dado el reparto de poder territorial, este gobierno no lo tendrá fácil. Ejemplos de esto fue el pulso para mantener las restricciones al tráfico en el centro de Madrid o las tensiones con los regadíos ilegales en las cercanías de Doñana.

Laguna del Acebuche. Parque Nacional de Doñana

En la lucha contra el cambio climático hay que realizar una transición hacia una economía descarbonizada y circular. La descarbonización se traduce en las transformaciones tecnológicas necesarias para ir eliminando los combustibles fósiles. Para ello es necesario una transición energética muy ambiciosa, una transformación profunda del transporte y una transformación industrial. Estos objetivos están recogidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), un plan que fija una reducción de emisiones de gases de invernadero del 32% con respecto a 1990 y una generación renovable del 48% de la energía total en 2030, para alcanzar la descarbonización total en 2050. Las inversiones necesarias ascienden a 290.000 millones de euros.

El presente gobierno comenzó estas tres transiciones en las anteriores legislaturas. Pero además del desafío tecnológico y financiero que implican, y más allá del iportante debate de si deberían ser más ambiciosas, el gobierno no debe olvidar las tensiones sociales que están despertando, por la forma en que se hacen.

Para empezar, las medidas de expansión de renovables deben ir acompañadas de otras que promuevan el ahorro y la eficiencia. Pero esto no solo se consigue con cambios tecnológicos, sino también promoviendo la austeridad en las formas de vida. Ya sabemos que esto es remar en contra de los tiempos: no hay más que ver el consumo desbocado que se desata, por ejemplo, en las fechas navideñas. Sin embargo, es importante avanzar hacia un cambio cultural que saque el consumo del centro de nuestras vidas. Este cambio debe incluir un cambio en la dieta, en que consumamos menos proteínas animales y productos de temporada y de km 0.

Es imprescindible vigilar los impactos ambientales y sociales, o la transición hacia una sociedad más ecológica se hará en contra de las mayorías. No solo eso, sino que la pérdida de apoyo social es una coartada perfecta para la reacción política y de los agentes económicos en contra de la transición, lo que se traduciría en un freno muy costoso ambientalmente. El Gobierno debe garantizar que la expansión de renovables no se hace invadiendo tierras productivas ni violentando la voluntad de los propietarios del suelo. Asimismo, el despliegue de paneles solares debería empezar por los tejados de zonas habitadas y por polígonos industriales.

La reconversión del transporte es otra de las tareas a emprender. Es necesario electrificar el transporte basándose en la promoción del transporte público. Disminuir los viajes en vehículo movilidad ciudadana el uso de la bicicleta, además del uso de los transportes públicos, son medidas básicas para esa reconversión del transporte. Se debe primar la accesibilidad sobre la movilidad, mediante una adecuada planificación urbanística, y se potenciará también el caminar. Una planificación urbanística adecuada ha de minimizar los desplazamientos necesarios tanto para trabajar, como para el ocio. Por cierto, que todas estas medidas de disminución del tráfico en las ciudades, conllevarán una mejora de la calidad del aire, que es otro de los desafíos importantes para la salud y el medio ambiente.

Una tarea que mejora la calidad de vida de la ciudadanía es la naturalización de las ciudades, creando zonas de arbolado, techos verdes, ríos vivos, huertos urbanos, defendiendo los espacios rurales cercanos o dentro de las ciudades como las vegas y huertas,… Por otra parte, una buena ordenación del territorio generaría oportunidades de trabajo y de realización de forma descentralizada y evitaría las migraciones internas. Aunque estas medidas se deben tomar a nivel municipal y autonómico, el gobierno las puede favorecer con apoyos fiscales o con la emisión de leyes.

La escasez de agua es uno de los problemas históricos de nuestro país, que ahora se ve agravado sobre todo por el cambio climático y por un desarrollo insensato de los regadíos agrícolas. Es imprescindible ordenar el territorio para reducir el consumo de agua, aumentar la eficiencia de los regadíos y reducir la extensión de estos últimos. Esto se hará bien planificadamente o de forma brusca y forzada cuando deje de haber agua disponible para esta extensa actividad. Los regadíos suponen el 80% del consumo de agua. Es imprescindible trabajar para construir una nueva cultura del agua, tal como proclama el Foro del mismo nombre, que permita unos usos más sensatos que, a su vez, permitan a nuestros ríos recuperar su función de fortalecer y albergar ecosistemas.

La desertificación es también otro problema histórico que, al igual que la sequía, se ve aumentada por el efecto del cambio climático. La deforestación, el uso abusivo del suelo y la falta de agua han hecho avanzar el desierto, con un cambio progresivo del clima de la península que hace avanzar las zonas áridas. La reforestación con especies autóctonas es una herramienta para luchar contra este problema.

Los incendios forestales son una verdadera lacra en nuestro país. Los veranos tórridos, la falta de precipitaciones y la insuficiente conciencia social hacen que cada verano perdamos cientos de hectáreas de bosque o de monte bajo, dada la complejidad del fenómeno, que algunos casos se ve reforzado por tradiciones locales, no será fácil ponerle coto.

La defensa y extensión de los espacios naturales protegidos debe ser potenciada frente a la voracidad urbanística y la explotación turística. La lamentable situación del Mar Menor es un problema emblemático, pero también lo son las amenazas a las montañas en forma de la construcción de pistas de esquí a cotas cada vez más altas para conseguir que haya nieve más a menudo. Nieve que se está retirando según avanza el calentamiento global. Los proyectos de construir pistas en el Valle de la Canal Roya o en la zona de Parzán en el Pirineo son algunos ejemplos.

La defensa de la biodiversidad es otro gran desafío que requiere de una multitud de acciones, entre las que hay que contar la ya citada protección de espacios naturales donde pueden vivir las especies salvajes. Pero es imprescindible también establecer la protección de especies emblemáticas que, a menudo, se desplazan grandes distancias en el territorio y no se confinan en un espacio dado. El programa de recuperación del lince va poco a poco dando sus frutos y no genera graves contradicciones con sectores sociales. La protección del lobo, sin embargo, es también perentoria dado el bajo censo de población del mamífero depredador ibérico que está en la cima de nuestra pirámide biológica. Como se ha visto, este es un tema mucho más polémico porque ha chocado con los intereses ganaderos. Está clara la necesidad de mantener un depredador como el lobo para mantener un equilibrio ecológico, sin embargo también es necesario compensar a los pastores por los daños recibidos.

Dentro de la protección de la diversidad está el capítulo de la lucha contra las especies invasoras. De nuevo estamos ante un problema difícil porque existe el problema ético del sacrificio de animales y porque, a menudo, resulta técnicamente muy complicada la erradicación de estas especies.

Dos bombas de Palomares (Almería) en el Museo Nacional de Ciencia e Historia Nuclear de Albuquerque, Estados Unidos.

Otro desafío es la remediación de terrenos contaminados tanto química como radiactivamente debido a las actividades industriales o de vertidos cuyos responsables están a menudo desaparecidos. Un ejemplo paradigmático, pero no el único, son los terrenos contaminados de Palomares (Almería) contaminados por plutonio tras el accidente durante el repostaje de un bombardero estratégico B-52 de los EEUU en 1966. Y tratando de contaminación, no hay que olvidar el estado de nuestros mares y ríos. En muchos casos los encontramos llenos de sustancias tóxicas y plásticos.

Como hemos visto, el gobierno tiene muchos desafíos por delante. Y con unas circunstancias políticas desfavorables y con unos poderes económicos que no se lo van a poner fácil. Es muy importante atacar esos problemas con voluntad y hacer mucha pedagogía y fortalecer la educación para generar conciencia ecológica y contar así con los apoyos sociales necesarios. Los problemas ambientales son de los más importantes que el Gobierno debe afrontar, y debe por tanto colocarlos en el centro del debate político.

Selección de artículos y libros sobre Palestina y el genocidio en Gaza

Gaza. Banksy

La libertad del pueblo

En mi patria, el ciclón, la lluvia, los truenos

lo repiten conmigo

¡Libertad!

¡Libertad!

¡Libertad!

Continuaré escribiendo su nombre al combatir:

En la tierra, en los muros, en las puertas,

contra las brechas de las casas;

en la mezquita y el ara de la Virgen,

por todos los caminos de las fincas.

Por todas las colinas, las pendientes,

las calles, las esquinas.

En la cárcel y el calabozo de tortura.

En la madera de las horcas.

Continuaré, a pesar de las cadenas,

a pesar de las casas destrozadas,

a pesar de las grandes hogueras,

escribiendo su nombre. Para ver

cómo se va extendiendo por nuestra patria y crece,

y continúa creciendo,

sin parar, hasta cubrir

palmo a palmo su húmeda tierra.

Hasta ver cómo una roja libertad abre todas las puertas

mientras huye la noche,

y aplasta la luz los fustes de la niebla.

Fadwa Tuqán
“Al–layl wal–fursan” (1969)
(Trad. P. Martínez Montávez, M. Sobh)
(Cit. en Líneas que se quiebran en la horizontal,
Editorial CantArabia, 2005)

 

Artículos

  • «Y después de condenar, ¿qué?» Santiago Alba Rico
  • «Salvar a Israel». Santiago Alba Rico
  • «Frente a un genocidio. Conversación con Santiago Alba Rico». Carlos Fernández Liria (vídeo)
  • Tamir Sorek, sociólogo israelí: “La pretensión de tener una democracia acabará tras la ofensiva en Gaza”. Javier Biosca Azcoiti
  • «La memoria selectiva de la sociedad israelí». Sylvain Cypel
  • «Una batalla desigual también en las redes». Itxaso Domínguez de Olazábal
  • «Antisemitismo e islamofobia y sus implicaciones». Gabriel Flores
  • «Historiadores judíos contra la limpieza étnica en Gaza». Soledad Gallego–Díaz
  • «Palestina–Israel: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?» Eugenio García Gascón
  • «Escuelas cerradas y destruidas: así compromete la guerra la educación y el futuro de Gaza». Aseel Mousa/Emma Graham–Harrison
  • El historiador israelo–británico Avi Shlaim: “ Las potencias occidentales serán cómplices del ataque de Israel a Gaza”. Óscar Gutiérrez
  • «El ajuste de cuentas debe ser con Hamás, no con todos los gazatíes». Gideon Levy
  • «La frase de Sánchez sobre Israel que reconoce que España incumple la legislación de exportación de armas».  Antonio Maestre
  • «Gaza, los crímenes contra el pueblo palestino tienen responsables y cómplices». Miguel López (Foro Milicia y Democracia)
  • «Los colonos israelíes son intocables y van a más en Cisjordania». Céline Martelet y Alexandra Rito (Mediapart)
  • “El origen de la violencia en Gaza está en la ideología racista de la eliminación del nativo”. Ilan Pappe
  • «Obscena e injusta equidistancia». Jesús Parra Montero
  • «Palestina, 75 años de sufrimiento». Iosu Perales Arretxe
  • «El mundo de ayer».  David Perejil
  • «Un alegato feminista por las mujeres palestinas». Isabel Pérez
  • “Nabka, 2023: el desplazamiento forzado de población palestina en Gaza». Olga Rodríguez
  • «Los objetivos de Israel ante Gaza». Olga Rodríguez
  • «El gran error de la ONU y el expolio de Palestina». Carmen Ruiz Bravo–Villasante
  • «Israel–Palestina: verdades incómodas». Marcus Schneider
  • «La guerra en Gaza: patologías de la venganza». Adam Shatz
  • «Asquerosa doble moral». Juan Torres López
  • «Europa, Palestina y las brujas de Salem». Miguel Urbán
  • «Palestina, lo peor está por venir». Javier Valenzuela

Libros y revista

  • Palestina. El hilo de la memoria. Teresa Aranguren (CantArabia, 2023)
  • Palestina. José Abu–Tarbush e Isaías Barreñada (Catarat, 2023)
  • La limpieza étnica de Palestina. Ilan Pappé (Booket, 2014)
  • Palestina vive. AA.VV (Contrabandos, 2013)
  • El muro de hierro. Avi Shlaim (Almed Ediciones, 2015)
  • «Revista Idearabia». (Nº 20, diciembre 2023)

Festival Internacional de cine El ojO cojo 2023 en Lá Bóveda

Durante cuatro sesiones, cada viernes del mes de noviembre, a las 19 horas, La Bóveda de Acción en Red Madrid fue una de las sedes de la decimonovena edición del Festival Internacional de cine el ojO cojo. Se proyectaron once películas pertenecientes a las tres secciones que ofrecía el Festival (Muestra paralela, Documental, Cortometraje).

Según aparece en la web del festival, sus integrantes son “una organización joven y sin fines de lucro que busca construir espacios de integración cultural con un enfoque de género, basados en el conocimiento de la realidad y la participación activa en la sociedad.

Nuestra estructura organizativa se basa en la articulación dinámica de saberes técnicos, profesionales y artísticos para la creación de programas que aborden la complejidad de la realidad contemporánea.

Como reflejo de nuestra propia diversidad, mantenemos una postura ética de profundo respeto hacia la diversidad sociocultural. A partir de esta perspectiva, hemos desarrollado una metodología que se centra en el reconocimiento de las potencialidades de las personas como base para la transformación social y la mejora de la calidad de vida. Nuestro compromiso es trabajar en pos de la diversidad, la convivencia cultural y la equidad de género en nuestras comunidades, utilizando la creatividad y el trabajo en equipo como herramientas fundamentales. Para llevar a cabo estos postulados, nuestro trabajo se enfoca prin

cipalmente en los contextos comunitarios locales.

Nuestro equipo está formado por un colectivo multicultural de profesionales de diferentes disciplinas artísticas, sociales y técnicas, así como por el aporte constante de voluntarios. Trabajamos tanto en los ayuntamientos de Madrid como en espacios culturales de toda España. Estamos abiertos a colaboraciones y alianzas que nos permitan seguir creciendo y expandiendo nuestra labor en todo el territorio español. ¡Únete a nosotros y ayúdanos a construir un mundo más justo y diverso!”.

En La Bóveda nos reunimos en cada sesión para disfrutar y debatir sobre cada una de las piezas que se proyectaron. Realizamos a continuación una breve semblanza de lo que nos parecieron las películas proyectadas.

Primera sesión: Viernes 3 noviembre, 19h.

• AÚN QUEDA POLVO BAJO EL CONGO, de R. Ruvens, (España, 6 min)

Los niños soldado y el periodismo son el eje de este cortometraje, que muestra la debilidad profesional del periodismo de guerra, y el cansancio de sus protagonistas (muchos conflictos bélicos y mucho tiempo fuera de la familia). Enfrente, mirando, está el niño que nada tiene, el que tiene miedo, el que juega con una cámara fotográfica, con un arma… Es el Congo, pudieran ser muchos otros países.

• BABEL, de Alejandro San Martín (España, 9 min)

Esta pequeña pieza muestra a varias personas, con un comportamiento normal, que no son conscientes de que su habla, su forma de expresarse, la construcción de las oraciones que verbalizan, son dislates. Algún tipo de afasia (posiblemente afasia de Wernicke) es la que recorre este cortometraje. Son excluidos, son est

udiados… De fondo, resuena un eco más profundo: la dificultad que tenemos para expresarnos correctamente, la incapacidad que tenemos para escuchar con atención.

• EL TREN Y LA PENINSULA, de Sky Richards, Andreas Kruger Foncerrada (México, 93 min)

Hermoso largometraje documental que indaga en lo bueno y lo malo del tren maya (proyecto en fase de finalización, que atravesará cinco estados: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo), impulsado por el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Numerosas personas recuerdan los nefastos antecedentes del ferrocarril como instrumento de beneficio para unos pocos latifundistas a través de la industria henequenera, mientras la gran masa de población, principalmente mayas, se quedaron al margen de los beneficios y con daños ambientales profundos. Estos recuerdos y la explotación turística de zonas cercanas, como Cancún, producen dudas, miedos y preocupación de

muchas de las personas que hablan a cámara, mientras la naturaleza ha devorado las vías del antiguo tren. Las esperanzas depositadas en este tren son pocas, a pesar de que, en principio, la fabricación del mismo es estatal, apoyado por el impuesto al turismo recaudado en Yucatán y que ofrecerá tres tipos de servicios: tren de pasajeros (con una tarifa módica), turístico (con una tarifa más lata) y de carga.

Se agradecen los numerosos testimonios que desfilan por le largometraje, sus sinceras preocupaciones y esa sensación de que, al final, nada habrá para ellos. Veremos que pasa. La inauguración del primer tramo: 15 de diciembre de 2023.

Segunda sesión. Viernes 10 noviembre, 19 h.

• LA ÚLTIMA PROYECCIÓN, de Isaac Cañizares (España, 12 min)

Este es un cortometraje, que por razones puramente sentimentales a mí me ha emocionado. Está dedicado al cine Pisa, un cine de barrio, el de San Ildefonso, en Cornellà de Llobregat, que abrió sus puertas en 1967 para cerrarlas en 2012. En la desaparición de los cines de barrio está el inicio de la concentración de cines en multisalas, y el consumo de cine frente a la recreación en el “experiencia de ir al cine” y de cómo esa experiencia nos hace cambiar como personas. En Madrid, no hace falta sentir nostalgia cuando recorremos la Gran Vía y ya apenas quedan tres cines. Pero en

los barrios, los cines de sesión continua igualmente desaparecieron, muchos de ellos a fines del siglo pasado.

La última proyección, en sus 12 minutos de duración, se toma su tiempo para hacernos sentir la emoción del aventura del cine, de la fantasía y del crecimiento personal a través de un adolescente que va con frecuencia a su cine de barrio. En este caso a ver la última de Batman, El caballero oscuro (2008), pero la semana que viene será otra y ahí estará el protagonista. Es, sobre todo, muy hermoso como acto casi contracultural, el de ir al cine, ese proceso en el que pensábamos la película que deseábamos ver, nos preparábamos, salíamos de casa para dejarnos embargar por la magia de la sala oscura. Decidíamos nosotros qué ver, y eso parece en desuso. Ahora, con frecuencia vamos a un centro comercial y, de paso, entramos a una sala de cine para matar el rato.

• GOLDEBER REITER / EL JINETE DORADO, de Konrad Schiaich (Alemania, 20 min)

Realmente resulta aterrador cómo los enfermos mentales han sido tratadas como delincuentes. En esta pieza, un enfermo mental, después de muchos años encarcelado va a ser examinado para una posible libertad. Lo asfixiante en el aspecto formal es el uso del scope que unifica a los muchos prisioneros, todos sentados,

y deja fuera a sus cuidadores y carceleros, que al estar de pie aparecen guillotinados, despersonalizados. Angustia no ver a los guardianes y genera un malestar continuo, una desconfianza institucional. Y, como no, es aterrador que se trate a enfermeos mentales como delincuentes…

• KAMBANA, de Samuel Pastor (España, 15 min)

Se desarrolla en Madagascar, la cuarta isla más grande del mundo. Una de sus etnias, la Amtambahoaka, de apenas 50.000 miembros, mantiene un tabú desde hace medio milenio: la creencia de que los gemelos son portadores de m

alos augurios. El documental se centra en una mujer que decidió cuidar de sus hijos gemelos y del coste que supone vivir con el estigma, y también en dos adultos gemelos que decidieron crear una casa de acogida de gemelos abandonados. Es un trabajo emotivo, que despierta conciencias, sobre las numerosas y extrañas discriminaciones. Tiene el valor del documento, el valor de encontrar la forma de criticar una infausta tradición, pero a la vez, rodearla de enorme esperanza. Despierta en nosotros, como mínimo, el conocimiento.

Tercera sesión. Viernes 17 noviembre, 19 h.

REGALO, de Nuchiro Nakada (Japón, 20 min)

La confluencia en este cortometraje japonés entre dos culturas diferentes resulta armoniosa y simpática, como suele suceder en cierta cinematográfica japonesa. La relación entre un niño japonés y un refugiado sirio, repartidor de comida en bicicleta, tiene ese punto de arranque a partir del robo de la bicicleta al trabajador y la breve relación con un niño que dice que le va a llevar al lugar donde está su instrumento laboral. No hay intención de profundizar en el drama que supone la pérdida de la bicicleta para el refugiado -no estamos en el drama de Ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica (1948), sino en la afección de El verano de Kikujiro de Takeshi Kitano, (1999)- y bajo ese punto de vista se ve con agrado y simpatía.

AJENOS A LA PAZ, de Laura Bibibana, Angel Rengifo, Noah David DeBonis (86 min)

El 23 de junio de 2016, después de casi cuatro años de diálogos entre el Gobierno colombiano y las FARCEP desarrollados en La Habana (Cuba), se declaró el cese temporal pero indefinido de las acciones militares de ambos bandos además de la desmovilización, entrega de armas y reinserción a la vida civil de los militantes del grupo subversivo. En 2018, fue elegido presidente Iván Duque, quien se desligó en muchos aspectos de los acuerdos de su predecesor Juan Manuel Santos.

Estos breves apuntes permiten contextualizar las vidas de tres ex guerrilleros y las dificultades de integración en una sociedad que los ve con recelo. Alexandra, la mujer indígena que anhela reconectarse con la familia y la tribu que dejó atrás como una niña soldado; Dayana, la vendedora del mercado que navega por los estigmas de su pasado guerrillero y su nueva identidad como mujer transgénero; y Ricardo, el empleado del gobierno que conserva secretamente su ideología comunista. Los resultados de la política represiva de Duque tiene sus consecuencias palpables en las tres personas, especialmente en la más vulnerable, Dayana.

En sus rostros está la diversidad de Colombia, y en sus responsables, la necesidad de hacerlo más amigable. No hace falta viajar muy lejos para conocer dichos mimbres.

Cuarta sesión. Viernes 24 noviembre, 19 h.

LA MECHA, Nicholas Hooper (Chile, 14 min)

Según la ONG Global Witness, entre 2012 y 2022 fueron asesinadas 1.919 personas dedicadas a la defensa de la tierra y el medioambiente. Cerca del 90% de dichos crímenes sucedieron en América Latina, siendo Brasil, México y Honduras los países más inseguros para las ambientalistas en estos diez años. Por poner un ejemplo conocido en España, el asesinato de la ambientalista hondureña Berta Cáceres en 2016, que da nombre a uno de los Espacios de Igualdad de Madrid (y muchos otros espacios y calles en otras ciudades).

La Mecha es un cortometraje chileno que indaga en el hostigamiento a las medioambientalistas. Aún no siendo de los países con mayores crímenes de este tipo, Chile no se queda a la cola. Macarena Valdés, Alejandro Castro y Javiera Rojas son tres ambientalistas que fueron encontrados muertos en extrañas condiciones, sin que haya culpables. Lo muestra este cortometraje a través del fallecimiento de su protagonista y, cómo se aparece y/o hace compañía a su hijo adolescente, en el proceso de toma de conciencia.

La Mecha incluye un notable uso de la rotoscopia, técnica por la cual se filma la película con actores reales para luego, mediante un programa informático, dibujarlos, creando una extraña simbiosis entre dibujo e imagen. El resultado que me produce aquí es un distanciamiento brechtiano, la sensación de frialdad en el relato, el añadido de una capa de extrañeza a la atmósfera que abriga al personaje de la activista fallecida.

Ayuda también en la sensación de frialdad el hecho de que el cortometraje hubo de ser filmado durante la pandemia, con restricciones severas. Se tuvo que filmar a los actores separados, y esa separación, en mi opinión, ayuda a crear ese clima de distanciamiento.

NONNA, Paco Sepúlveda (España, 20′)

En Nonna hay mucha planificación antes de ponerse a filmar. Siguiendo el canon no reglado por el cual un cortometraje de ficción debe de plantear una situación y tener un giro dramático que retuerza la narración, el giro dramático es un asombroso plano fijo de siete minutos de duración, en el cual acompañamos la angustia de la protagonista, sin ver lo sucedido, pero deduciendo, haciendo jugar a nuestra mente a través de los sentidos. Esos siete minutos, a mi parecer, son la perfecta conjunción-empatía-angustia entre protagonista y público. El director asume muchos riesgos cuando decide no acortar el plano. Haberlo hecho hubiera sido anestesiar al espectador y espectadora, hacerlo así supone una lección de puesta en escena y un plano con enorme profundidad ética.

Además el cortometraje muestra las fragilidad y la soledad que tienen las personas mayores (excelente la interpretación de Teresa del Olmo) en su día a día (más allá de que el cortometraje, bien resuelto, se desarrolle durante el confinamiento en España), la necesidad de los cuidados, las interminables jornadas laborales de la hija, la despreocupación de la nieta… A partir de una experiencia real, relatada por Isabel Genís, guionista de la película y que interpreta a la nieta, se convierte en una ficción de género, para finalizar con un plano para nada desasosegante. Un gran cortometraje.

LAS VENCIDAS Y NO DERROTADAS, Mau Cardoso (España, 53 min)

Las vencidas y no derrotadas es un documental que denuncia la violencia contra las mujeres en España antes, durante la guerra civil y la dictadura franquista. A través de un recorrido extenso en el tiempo, se muestran a numerosas mujeres que relatan, la pérdida de muchas libertades que tuvieron las mujeres, años de marginación, de invisibilización.

A través de una serie de capítulos (Guerra civil y represión; Persecución y exilio; Posguerra y exilio; Educación y trabajo; Iglesia y bebés robados; Oposición a la dictadura; Verdad, justicia y reparación) que cada uno de ellos merecería un documental, se explica, desde el testimonio único de las mujeres, lo que supuso para ellas este desgraciado periodo.

Las fosas de mujeres en San Telmo, la desbandá, la desaparición de bebés, la doble discriminación que sufrían las mujeres gitanas, son algunos de los temas que puntúan este trabajo, que invita a un emotivo coloquio y un enorme aprendizaje ara defender ahora, más que nunca, que la dictadura franquista fue, sin matiz alguno, un periodo terrorífico.

Rafael Arias Carrión

Sequía, mentiras y noticias falsas

Francisco Castejón. Miembro de Acción en Red de Madrid.

La escasez de agua dulce

Se dice a menudo que en un futuro no lejano veremos guerras en el mundo por el control del agua dulce. Pero no ha hecho falta esperar para que podamos ver a la derecha y a la extrema derecha de nuestro país, encarnadas en PP y VOX, plantear una guerra política para el control del agua, basada en la mentira, el populismo y la demagogia. El uso de la mentira y de las falsas noticias en esta guerra política es especialmente dañino, porque impide que la sociedad tome conciencia del problema real al que nos enfrentamos y dificulta la toma de decisiones para solucionarlo.

Hemos vivido un nuevo ciclo climático con escasez de precipitaciones. Esta pertinaz sequía no debería sorprendernos porque es cíclica y cada cierto tiempo golpea a nuestro clima mediterráneo. Hay, sin embargo, un hecho que diferencia esta sequía de otras que solíamos sufrir. Se trata del cambio climático que va avanzando y, tal como predicen los modelos, va haciendo que las precipitaciones escaseen más y más, con la consiguiente disminución del volumen de agua potable disponible. Además de ser más escasas, las precipitaciones son a menudo catastróficas cuando se producen, lo que también predicen los modelos climáticos.

Este hecho se suma, para tensionar la situación, a un aumento del consumo de agua en nuestro país en las últimas décadas. Aumento que está provocado por el incremento desmesurado de la agricultura de regadío. De hecho es este sector el que se lleva aproximadamente el 80% del consumo total de agua .

Todos los ahorros de agua son bienvenidos, tanto en el sector industrial, como en el de servicios y el doméstico. En estas actividades hay aún mucho que hacer para reducir el consumo, como reparar las canalizaciones, reducir las piscinas privadas o construir jardines con especies autóctonas y no consumidoras de agua. Pero es obvio que nuestros mayores esfuerzos deben dirigirse a reducir el consumo en la agricultura de regadío.

Según algunos cálculos, una Ha de regadío puede producir hasta 40 veces más que una de secano. No es de extrañar, por tanto, que los agricultores se empeñen en poner en regadío más y más tierras. Y algunas de ellas se producen bajo plástico con unas producciones agrícolas muy elevadas que permiten la exportación de alimentos. La agricultura se ha tecnificado y puede considerarse como un sector industrial más. La falta de conciencia de la escasez de agua causa la extensión de cultivos muy demandantes y de cultivos que van a servir de alimento para el ganado, como el maíz, que es un gran consumidor de agua.

La paradoja: cada vez más regadío y menos agua para satisfacerlo

Los números demuestran a las claras estas informaciones. Según la AEMET, el clima en España es cada vez más árido. Desde 1950, unos 1500 km2 han pasado de pertenecer a climas templados para ser considerados áridos. Asimismo, la superficie dedicada al regadío ha pasado de 1,6 millones de Ha a 3,8 en el mismo tiempo, según las estadísticas del Ministerio de Agricultura. Este ritmo de puesta en regadío se ha acelerado la última década, en que se riegan 500.000 Ha más.

Como se ha dicho, el motivo para poner en regadío es que con inversiones aceptables se consigue elevar la productividad de la tierra notablemente. Hoy en día, el regadío ocupa el 23% de la superficie cultivada en nuestro país, pero produce el 65% de las cosechas. Esta extensión del regadío se produce a la vez que se reducen los recursos hídricos, que han disminuido un 12%, según el MITERD. Y que se espera disminuyan entre el 14% y el 40% para 2050, según las mismas fuentes.

El problema es claro y conocido. Pero no es fácil ponerle solución. Las políticas de reducción de regadío son muy impopulares y van contra el consenso general de que el regadío es riqueza. Incluso la izquierda defendió la extensión de los regadíos desde los años 70,reivindicando la puesta en riego de muchas tierras para mejorar la productividad y la riqueza.

La inversión pública ha ascendido a unos 3000 millones de euros según el Ministerio de Agricultura para modernizar regadíos. Esta inversión habría permitido consumir unos 3.000 Hm3 de agua menos que si no se hubiera hecho. El ministro de agricultura, Planas, anunció el día 20-4-2023 la inversión de otros 2.130 millones de euros hasta 2027, para hacer más eficientes los regadíos y poder usar otras aguas como la regenerada o la desalada. Con todo ello se esperan reducciones en el consumo del 10% aproximadamente.

Es encomiable buscar más eficiencia, pero esto no es la solución. El aumento de la eficiencia, sin otras medidas, podría dar lugar a un aumento de regadíos con el consiguiente aumento en los consumos. El enfoque de aumentar la oferta no es suficiente, hay que gestionar la demanda.

Es imprescindible un debate informado sobre los problemas del agua en nuestro país, que cada vez serán más acuciantes.

Charco de la Boca en El Rocío, donde termina el arroyo de La Rocina.

Las Mentiras

Otro dicho común, cuyo autor pudo ser Esquilo, es que “la primera víctima de la guerra es la verdad”. En esta guerra política que han iniciado los sectores más conservadores de nuestro país, las mentiras y los bulos se han difundido sin pudor, confundiendo a la población y, como ya se ha dicho, dificultando así el necesario  debate y la toma de decisiones basada en los datos científicos.

Ante esta situación de solución compleja, que implica luchar contra el cambio climático pero también adaptarse a la escasez creciente de agua dulce, se necesita tomar medidas consensuadas y cambiar el paradigma sobre la extensión del regadío. Habría que discutir nada menos que sobre los territorios que merecen ser regados y cuales no.

Un primer paso será, seguramente, reducir la superficie de regadío de nuestro país. Pero, lejos de eso, hemos asistido a la agitación de una consigna que parece que suena bien: “agua para todos”. Como si todos tuviéramos derecho a tener toda el agua que deseemos. Este lema se usa para alentar la construcción de infraestructuras hídricas como grandes embalses y trasvases, que es la segunda mentira que se agita durante las sequías: “esto no pasaría si se hubieran construidos más embalses”.

Los ríos no son solo unas fuentes de recursos para regar nuestros campos o mover nuestra industria y aumentar nuestra productividad. Son, sobre todo, fuentes de vida para nuestros ecosistemas, alojan vida y alimentan la vegetación de ribera. Es por eso que hay que garantizar siempre el caudal ecológico. Pero además, vemos que nuestros ríos están surcados a menudo por numerosos obstáculos inútiles como azudes y algunas presas en desuso. Ha empezado una campaña para renaturalizar los ríos que consiste sencillamente en el derribo de estos obstáculos, lo que permite que todo el ecosistema del río reflorezca. Esta campaña ha servido a la derecha para atacar al gobierno acusándolo de agravar la sequía . Han aparecido noticias absurdas contra el derribo de presas en desuso, como la de Valdecaballeros, que se construyó para aprovechar la posible electricidad sobrante de una central nuclear que nunca llegó a funcionar.

Los recursos hídricos disponibles serán, como se ha visto, mucho menores. La construcción de más embalses solo dará lugar a más embalses vacíos en las épocas de sequía. No es esa la solución a largo plazo a nuestros problemas y no debería presentarse como tal. También es necesario explicar que no habrá agua para todos, para todos aquellos que decidan poner en regadío más hectáreas, ni siquiera para los que ya lo han hecho.

El debate sobre los regadíos ilegales en las cercanías de Doñana es el ejemplo más claro de agitación de estos bulos. La Junta de Andalucía, gobernada por el PP, promete que habrá agua en el futuro para todos los regadíos, legales o no, sin esquilmar Doñana. Es una falsedad: no habrá agua. Y lo más sensato es reducir urgentemente la presión sobre el Parque mediante el cierre de los pozos ilegales.

Otro lema que aparece es que el agua de los ríos “se pierde” en el mar, en lugar de aprovecharse. Es conocido que la aportación de sedimentos favorece la creación de playas y deltas y el agua dulce disminuye la salinidad en la costa alejando a especies como las medusas.

El colmo llega ya cuando se habla de que la sequía puede producir escasez de alimentos a corto plazo. Y, lógicamente, la culpa será de quien no ha construido embalses para almacenar agua. No importa que no haya agua para llenarlos, ni que gran parte de nuestra agricultura se oriente a la exportación o al cultivo para alimentar al ganado. O que, por ejemplo, buena parte de nuestro grano se importe ya en la actualidad. La agricultura en España, y nuestro país no es una excepción, no está orientada a la soberanía alimentaria ni garantiza el autoabastecimiento. Por eso la escasez de algunos alimentos podría depender más de fenómenos geoestratégicos o de enfrentamientos bélicos que de nuestras cosechas.

A vista de todo lo dicho, se hace imprescindible y perentoria una reflexión sobre nuestra agricultura y el subsiguiente consumo de agua, incluyendo la ordenación de la distribución de regadíos en el territorio. Las dinámicas políticas puestas en marcha por la derecha no ayudan nada, no hacen sino agravar la situación.