Selección de artículos y libros sobre Palestina y el genocidio en Gaza

Gaza. Banksy

La libertad del pueblo

En mi patria, el ciclón, la lluvia, los truenos

lo repiten conmigo

¡Libertad!

¡Libertad!

¡Libertad!

Continuaré escribiendo su nombre al combatir:

En la tierra, en los muros, en las puertas,

contra las brechas de las casas;

en la mezquita y el ara de la Virgen,

por todos los caminos de las fincas.

Por todas las colinas, las pendientes,

las calles, las esquinas.

En la cárcel y el calabozo de tortura.

En la madera de las horcas.

Continuaré, a pesar de las cadenas,

a pesar de las casas destrozadas,

a pesar de las grandes hogueras,

escribiendo su nombre. Para ver

cómo se va extendiendo por nuestra patria y crece,

y continúa creciendo,

sin parar, hasta cubrir

palmo a palmo su húmeda tierra.

Hasta ver cómo una roja libertad abre todas las puertas

mientras huye la noche,

y aplasta la luz los fustes de la niebla.

Fadwa Tuqán
“Al–layl wal–fursan” (1969)
(Trad. P. Martínez Montávez, M. Sobh)
(Cit. en Líneas que se quiebran en la horizontal,
Editorial CantArabia, 2005)

 

Artículos

  • «Y después de condenar, ¿qué?» Santiago Alba Rico
  • «Salvar a Israel». Santiago Alba Rico
  • «Frente a un genocidio. Conversación con Santiago Alba Rico». Carlos Fernández Liria (vídeo)
  • Tamir Sorek, sociólogo israelí: “La pretensión de tener una democracia acabará tras la ofensiva en Gaza”. Javier Biosca Azcoiti
  • «La memoria selectiva de la sociedad israelí». Sylvain Cypel
  • «Una batalla desigual también en las redes». Itxaso Domínguez de Olazábal
  • «Antisemitismo e islamofobia y sus implicaciones». Gabriel Flores
  • «Historiadores judíos contra la limpieza étnica en Gaza». Soledad Gallego–Díaz
  • «Palestina–Israel: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?» Eugenio García Gascón
  • «Escuelas cerradas y destruidas: así compromete la guerra la educación y el futuro de Gaza». Aseel Mousa/Emma Graham–Harrison
  • El historiador israelo–británico Avi Shlaim: “ Las potencias occidentales serán cómplices del ataque de Israel a Gaza”. Óscar Gutiérrez
  • «El ajuste de cuentas debe ser con Hamás, no con todos los gazatíes». Gideon Levy
  • «La frase de Sánchez sobre Israel que reconoce que España incumple la legislación de exportación de armas».  Antonio Maestre
  • «Gaza, los crímenes contra el pueblo palestino tienen responsables y cómplices». Miguel López (Foro Milicia y Democracia)
  • «Los colonos israelíes son intocables y van a más en Cisjordania». Céline Martelet y Alexandra Rito (Mediapart)
  • “El origen de la violencia en Gaza está en la ideología racista de la eliminación del nativo”. Ilan Pappe
  • «Obscena e injusta equidistancia». Jesús Parra Montero
  • «Palestina, 75 años de sufrimiento». Iosu Perales Arretxe
  • «El mundo de ayer».  David Perejil
  • «Un alegato feminista por las mujeres palestinas». Isabel Pérez
  • “Nabka, 2023: el desplazamiento forzado de población palestina en Gaza». Olga Rodríguez
  • «Los objetivos de Israel ante Gaza». Olga Rodríguez
  • «El gran error de la ONU y el expolio de Palestina». Carmen Ruiz Bravo–Villasante
  • «Israel–Palestina: verdades incómodas». Marcus Schneider
  • «La guerra en Gaza: patologías de la venganza». Adam Shatz
  • «Asquerosa doble moral». Juan Torres López
  • «Europa, Palestina y las brujas de Salem». Miguel Urbán
  • «Palestina, lo peor está por venir». Javier Valenzuela

Libros y revista

  • Palestina. El hilo de la memoria. Teresa Aranguren (CantArabia, 2023)
  • Palestina. José Abu–Tarbush e Isaías Barreñada (Catarat, 2023)
  • La limpieza étnica de Palestina. Ilan Pappé (Booket, 2014)
  • Palestina vive. AA.VV (Contrabandos, 2013)
  • El muro de hierro. Avi Shlaim (Almed Ediciones, 2015)
  • «Revista Idearabia». (Nº 20, diciembre 2023)

Festival Internacional de cine El ojO cojo 2023 en Lá Bóveda

Durante cuatro sesiones, cada viernes del mes de noviembre, a las 19 horas, La Bóveda de Acción en Red Madrid fue una de las sedes de la decimonovena edición del Festival Internacional de cine el ojO cojo. Se proyectaron once películas pertenecientes a las tres secciones que ofrecía el Festival (Muestra paralela, Documental, Cortometraje).

Según aparece en la web del festival, sus integrantes son “una organización joven y sin fines de lucro que busca construir espacios de integración cultural con un enfoque de género, basados en el conocimiento de la realidad y la participación activa en la sociedad.

Nuestra estructura organizativa se basa en la articulación dinámica de saberes técnicos, profesionales y artísticos para la creación de programas que aborden la complejidad de la realidad contemporánea.

Como reflejo de nuestra propia diversidad, mantenemos una postura ética de profundo respeto hacia la diversidad sociocultural. A partir de esta perspectiva, hemos desarrollado una metodología que se centra en el reconocimiento de las potencialidades de las personas como base para la transformación social y la mejora de la calidad de vida. Nuestro compromiso es trabajar en pos de la diversidad, la convivencia cultural y la equidad de género en nuestras comunidades, utilizando la creatividad y el trabajo en equipo como herramientas fundamentales. Para llevar a cabo estos postulados, nuestro trabajo se enfoca prin

cipalmente en los contextos comunitarios locales.

Nuestro equipo está formado por un colectivo multicultural de profesionales de diferentes disciplinas artísticas, sociales y técnicas, así como por el aporte constante de voluntarios. Trabajamos tanto en los ayuntamientos de Madrid como en espacios culturales de toda España. Estamos abiertos a colaboraciones y alianzas que nos permitan seguir creciendo y expandiendo nuestra labor en todo el territorio español. ¡Únete a nosotros y ayúdanos a construir un mundo más justo y diverso!”.

En La Bóveda nos reunimos en cada sesión para disfrutar y debatir sobre cada una de las piezas que se proyectaron. Realizamos a continuación una breve semblanza de lo que nos parecieron las películas proyectadas.

Primera sesión: Viernes 3 noviembre, 19h.

• AÚN QUEDA POLVO BAJO EL CONGO, de R. Ruvens, (España, 6 min)

Los niños soldado y el periodismo son el eje de este cortometraje, que muestra la debilidad profesional del periodismo de guerra, y el cansancio de sus protagonistas (muchos conflictos bélicos y mucho tiempo fuera de la familia). Enfrente, mirando, está el niño que nada tiene, el que tiene miedo, el que juega con una cámara fotográfica, con un arma… Es el Congo, pudieran ser muchos otros países.

• BABEL, de Alejandro San Martín (España, 9 min)

Esta pequeña pieza muestra a varias personas, con un comportamiento normal, que no son conscientes de que su habla, su forma de expresarse, la construcción de las oraciones que verbalizan, son dislates. Algún tipo de afasia (posiblemente afasia de Wernicke) es la que recorre este cortometraje. Son excluidos, son est

udiados… De fondo, resuena un eco más profundo: la dificultad que tenemos para expresarnos correctamente, la incapacidad que tenemos para escuchar con atención.

• EL TREN Y LA PENINSULA, de Sky Richards, Andreas Kruger Foncerrada (México, 93 min)

Hermoso largometraje documental que indaga en lo bueno y lo malo del tren maya (proyecto en fase de finalización, que atravesará cinco estados: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo), impulsado por el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Numerosas personas recuerdan los nefastos antecedentes del ferrocarril como instrumento de beneficio para unos pocos latifundistas a través de la industria henequenera, mientras la gran masa de población, principalmente mayas, se quedaron al margen de los beneficios y con daños ambientales profundos. Estos recuerdos y la explotación turística de zonas cercanas, como Cancún, producen dudas, miedos y preocupación de

muchas de las personas que hablan a cámara, mientras la naturaleza ha devorado las vías del antiguo tren. Las esperanzas depositadas en este tren son pocas, a pesar de que, en principio, la fabricación del mismo es estatal, apoyado por el impuesto al turismo recaudado en Yucatán y que ofrecerá tres tipos de servicios: tren de pasajeros (con una tarifa módica), turístico (con una tarifa más lata) y de carga.

Se agradecen los numerosos testimonios que desfilan por le largometraje, sus sinceras preocupaciones y esa sensación de que, al final, nada habrá para ellos. Veremos que pasa. La inauguración del primer tramo: 15 de diciembre de 2023.

Segunda sesión. Viernes 10 noviembre, 19 h.

• LA ÚLTIMA PROYECCIÓN, de Isaac Cañizares (España, 12 min)

Este es un cortometraje, que por razones puramente sentimentales a mí me ha emocionado. Está dedicado al cine Pisa, un cine de barrio, el de San Ildefonso, en Cornellà de Llobregat, que abrió sus puertas en 1967 para cerrarlas en 2012. En la desaparición de los cines de barrio está el inicio de la concentración de cines en multisalas, y el consumo de cine frente a la recreación en el “experiencia de ir al cine” y de cómo esa experiencia nos hace cambiar como personas. En Madrid, no hace falta sentir nostalgia cuando recorremos la Gran Vía y ya apenas quedan tres cines. Pero en

los barrios, los cines de sesión continua igualmente desaparecieron, muchos de ellos a fines del siglo pasado.

La última proyección, en sus 12 minutos de duración, se toma su tiempo para hacernos sentir la emoción del aventura del cine, de la fantasía y del crecimiento personal a través de un adolescente que va con frecuencia a su cine de barrio. En este caso a ver la última de Batman, El caballero oscuro (2008), pero la semana que viene será otra y ahí estará el protagonista. Es, sobre todo, muy hermoso como acto casi contracultural, el de ir al cine, ese proceso en el que pensábamos la película que deseábamos ver, nos preparábamos, salíamos de casa para dejarnos embargar por la magia de la sala oscura. Decidíamos nosotros qué ver, y eso parece en desuso. Ahora, con frecuencia vamos a un centro comercial y, de paso, entramos a una sala de cine para matar el rato.

• GOLDEBER REITER / EL JINETE DORADO, de Konrad Schiaich (Alemania, 20 min)

Realmente resulta aterrador cómo los enfermos mentales han sido tratadas como delincuentes. En esta pieza, un enfermo mental, después de muchos años encarcelado va a ser examinado para una posible libertad. Lo asfixiante en el aspecto formal es el uso del scope que unifica a los muchos prisioneros, todos sentados,

y deja fuera a sus cuidadores y carceleros, que al estar de pie aparecen guillotinados, despersonalizados. Angustia no ver a los guardianes y genera un malestar continuo, una desconfianza institucional. Y, como no, es aterrador que se trate a enfermeos mentales como delincuentes…

• KAMBANA, de Samuel Pastor (España, 15 min)

Se desarrolla en Madagascar, la cuarta isla más grande del mundo. Una de sus etnias, la Amtambahoaka, de apenas 50.000 miembros, mantiene un tabú desde hace medio milenio: la creencia de que los gemelos son portadores de m

alos augurios. El documental se centra en una mujer que decidió cuidar de sus hijos gemelos y del coste que supone vivir con el estigma, y también en dos adultos gemelos que decidieron crear una casa de acogida de gemelos abandonados. Es un trabajo emotivo, que despierta conciencias, sobre las numerosas y extrañas discriminaciones. Tiene el valor del documento, el valor de encontrar la forma de criticar una infausta tradición, pero a la vez, rodearla de enorme esperanza. Despierta en nosotros, como mínimo, el conocimiento.

Tercera sesión. Viernes 17 noviembre, 19 h.

REGALO, de Nuchiro Nakada (Japón, 20 min)

La confluencia en este cortometraje japonés entre dos culturas diferentes resulta armoniosa y simpática, como suele suceder en cierta cinematográfica japonesa. La relación entre un niño japonés y un refugiado sirio, repartidor de comida en bicicleta, tiene ese punto de arranque a partir del robo de la bicicleta al trabajador y la breve relación con un niño que dice que le va a llevar al lugar donde está su instrumento laboral. No hay intención de profundizar en el drama que supone la pérdida de la bicicleta para el refugiado -no estamos en el drama de Ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica (1948), sino en la afección de El verano de Kikujiro de Takeshi Kitano, (1999)- y bajo ese punto de vista se ve con agrado y simpatía.

AJENOS A LA PAZ, de Laura Bibibana, Angel Rengifo, Noah David DeBonis (86 min)

El 23 de junio de 2016, después de casi cuatro años de diálogos entre el Gobierno colombiano y las FARCEP desarrollados en La Habana (Cuba), se declaró el cese temporal pero indefinido de las acciones militares de ambos bandos además de la desmovilización, entrega de armas y reinserción a la vida civil de los militantes del grupo subversivo. En 2018, fue elegido presidente Iván Duque, quien se desligó en muchos aspectos de los acuerdos de su predecesor Juan Manuel Santos.

Estos breves apuntes permiten contextualizar las vidas de tres ex guerrilleros y las dificultades de integración en una sociedad que los ve con recelo. Alexandra, la mujer indígena que anhela reconectarse con la familia y la tribu que dejó atrás como una niña soldado; Dayana, la vendedora del mercado que navega por los estigmas de su pasado guerrillero y su nueva identidad como mujer transgénero; y Ricardo, el empleado del gobierno que conserva secretamente su ideología comunista. Los resultados de la política represiva de Duque tiene sus consecuencias palpables en las tres personas, especialmente en la más vulnerable, Dayana.

En sus rostros está la diversidad de Colombia, y en sus responsables, la necesidad de hacerlo más amigable. No hace falta viajar muy lejos para conocer dichos mimbres.

Cuarta sesión. Viernes 24 noviembre, 19 h.

LA MECHA, Nicholas Hooper (Chile, 14 min)

Según la ONG Global Witness, entre 2012 y 2022 fueron asesinadas 1.919 personas dedicadas a la defensa de la tierra y el medioambiente. Cerca del 90% de dichos crímenes sucedieron en América Latina, siendo Brasil, México y Honduras los países más inseguros para las ambientalistas en estos diez años. Por poner un ejemplo conocido en España, el asesinato de la ambientalista hondureña Berta Cáceres en 2016, que da nombre a uno de los Espacios de Igualdad de Madrid (y muchos otros espacios y calles en otras ciudades).

La Mecha es un cortometraje chileno que indaga en el hostigamiento a las medioambientalistas. Aún no siendo de los países con mayores crímenes de este tipo, Chile no se queda a la cola. Macarena Valdés, Alejandro Castro y Javiera Rojas son tres ambientalistas que fueron encontrados muertos en extrañas condiciones, sin que haya culpables. Lo muestra este cortometraje a través del fallecimiento de su protagonista y, cómo se aparece y/o hace compañía a su hijo adolescente, en el proceso de toma de conciencia.

La Mecha incluye un notable uso de la rotoscopia, técnica por la cual se filma la película con actores reales para luego, mediante un programa informático, dibujarlos, creando una extraña simbiosis entre dibujo e imagen. El resultado que me produce aquí es un distanciamiento brechtiano, la sensación de frialdad en el relato, el añadido de una capa de extrañeza a la atmósfera que abriga al personaje de la activista fallecida.

Ayuda también en la sensación de frialdad el hecho de que el cortometraje hubo de ser filmado durante la pandemia, con restricciones severas. Se tuvo que filmar a los actores separados, y esa separación, en mi opinión, ayuda a crear ese clima de distanciamiento.

NONNA, Paco Sepúlveda (España, 20′)

En Nonna hay mucha planificación antes de ponerse a filmar. Siguiendo el canon no reglado por el cual un cortometraje de ficción debe de plantear una situación y tener un giro dramático que retuerza la narración, el giro dramático es un asombroso plano fijo de siete minutos de duración, en el cual acompañamos la angustia de la protagonista, sin ver lo sucedido, pero deduciendo, haciendo jugar a nuestra mente a través de los sentidos. Esos siete minutos, a mi parecer, son la perfecta conjunción-empatía-angustia entre protagonista y público. El director asume muchos riesgos cuando decide no acortar el plano. Haberlo hecho hubiera sido anestesiar al espectador y espectadora, hacerlo así supone una lección de puesta en escena y un plano con enorme profundidad ética.

Además el cortometraje muestra las fragilidad y la soledad que tienen las personas mayores (excelente la interpretación de Teresa del Olmo) en su día a día (más allá de que el cortometraje, bien resuelto, se desarrolle durante el confinamiento en España), la necesidad de los cuidados, las interminables jornadas laborales de la hija, la despreocupación de la nieta… A partir de una experiencia real, relatada por Isabel Genís, guionista de la película y que interpreta a la nieta, se convierte en una ficción de género, para finalizar con un plano para nada desasosegante. Un gran cortometraje.

LAS VENCIDAS Y NO DERROTADAS, Mau Cardoso (España, 53 min)

Las vencidas y no derrotadas es un documental que denuncia la violencia contra las mujeres en España antes, durante la guerra civil y la dictadura franquista. A través de un recorrido extenso en el tiempo, se muestran a numerosas mujeres que relatan, la pérdida de muchas libertades que tuvieron las mujeres, años de marginación, de invisibilización.

A través de una serie de capítulos (Guerra civil y represión; Persecución y exilio; Posguerra y exilio; Educación y trabajo; Iglesia y bebés robados; Oposición a la dictadura; Verdad, justicia y reparación) que cada uno de ellos merecería un documental, se explica, desde el testimonio único de las mujeres, lo que supuso para ellas este desgraciado periodo.

Las fosas de mujeres en San Telmo, la desbandá, la desaparición de bebés, la doble discriminación que sufrían las mujeres gitanas, son algunos de los temas que puntúan este trabajo, que invita a un emotivo coloquio y un enorme aprendizaje ara defender ahora, más que nunca, que la dictadura franquista fue, sin matiz alguno, un periodo terrorífico.

Rafael Arias Carrión

Sequía, mentiras y noticias falsas

Francisco Castejón. Miembro de Acción en Red de Madrid.

La escasez de agua dulce

Se dice a menudo que en un futuro no lejano veremos guerras en el mundo por el control del agua dulce. Pero no ha hecho falta esperar para que podamos ver a la derecha y a la extrema derecha de nuestro país, encarnadas en PP y VOX, plantear una guerra política para el control del agua, basada en la mentira, el populismo y la demagogia. El uso de la mentira y de las falsas noticias en esta guerra política es especialmente dañino, porque impide que la sociedad tome conciencia del problema real al que nos enfrentamos y dificulta la toma de decisiones para solucionarlo.

Hemos vivido un nuevo ciclo climático con escasez de precipitaciones. Esta pertinaz sequía no debería sorprendernos porque es cíclica y cada cierto tiempo golpea a nuestro clima mediterráneo. Hay, sin embargo, un hecho que diferencia esta sequía de otras que solíamos sufrir. Se trata del cambio climático que va avanzando y, tal como predicen los modelos, va haciendo que las precipitaciones escaseen más y más, con la consiguiente disminución del volumen de agua potable disponible. Además de ser más escasas, las precipitaciones son a menudo catastróficas cuando se producen, lo que también predicen los modelos climáticos.

Este hecho se suma, para tensionar la situación, a un aumento del consumo de agua en nuestro país en las últimas décadas. Aumento que está provocado por el incremento desmesurado de la agricultura de regadío. De hecho es este sector el que se lleva aproximadamente el 80% del consumo total de agua .

Todos los ahorros de agua son bienvenidos, tanto en el sector industrial, como en el de servicios y el doméstico. En estas actividades hay aún mucho que hacer para reducir el consumo, como reparar las canalizaciones, reducir las piscinas privadas o construir jardines con especies autóctonas y no consumidoras de agua. Pero es obvio que nuestros mayores esfuerzos deben dirigirse a reducir el consumo en la agricultura de regadío.

Según algunos cálculos, una Ha de regadío puede producir hasta 40 veces más que una de secano. No es de extrañar, por tanto, que los agricultores se empeñen en poner en regadío más y más tierras. Y algunas de ellas se producen bajo plástico con unas producciones agrícolas muy elevadas que permiten la exportación de alimentos. La agricultura se ha tecnificado y puede considerarse como un sector industrial más. La falta de conciencia de la escasez de agua causa la extensión de cultivos muy demandantes y de cultivos que van a servir de alimento para el ganado, como el maíz, que es un gran consumidor de agua.

La paradoja: cada vez más regadío y menos agua para satisfacerlo

Los números demuestran a las claras estas informaciones. Según la AEMET, el clima en España es cada vez más árido. Desde 1950, unos 1500 km2 han pasado de pertenecer a climas templados para ser considerados áridos. Asimismo, la superficie dedicada al regadío ha pasado de 1,6 millones de Ha a 3,8 en el mismo tiempo, según las estadísticas del Ministerio de Agricultura. Este ritmo de puesta en regadío se ha acelerado la última década, en que se riegan 500.000 Ha más.

Como se ha dicho, el motivo para poner en regadío es que con inversiones aceptables se consigue elevar la productividad de la tierra notablemente. Hoy en día, el regadío ocupa el 23% de la superficie cultivada en nuestro país, pero produce el 65% de las cosechas. Esta extensión del regadío se produce a la vez que se reducen los recursos hídricos, que han disminuido un 12%, según el MITERD. Y que se espera disminuyan entre el 14% y el 40% para 2050, según las mismas fuentes.

El problema es claro y conocido. Pero no es fácil ponerle solución. Las políticas de reducción de regadío son muy impopulares y van contra el consenso general de que el regadío es riqueza. Incluso la izquierda defendió la extensión de los regadíos desde los años 70,reivindicando la puesta en riego de muchas tierras para mejorar la productividad y la riqueza.

La inversión pública ha ascendido a unos 3000 millones de euros según el Ministerio de Agricultura para modernizar regadíos. Esta inversión habría permitido consumir unos 3.000 Hm3 de agua menos que si no se hubiera hecho. El ministro de agricultura, Planas, anunció el día 20-4-2023 la inversión de otros 2.130 millones de euros hasta 2027, para hacer más eficientes los regadíos y poder usar otras aguas como la regenerada o la desalada. Con todo ello se esperan reducciones en el consumo del 10% aproximadamente.

Es encomiable buscar más eficiencia, pero esto no es la solución. El aumento de la eficiencia, sin otras medidas, podría dar lugar a un aumento de regadíos con el consiguiente aumento en los consumos. El enfoque de aumentar la oferta no es suficiente, hay que gestionar la demanda.

Es imprescindible un debate informado sobre los problemas del agua en nuestro país, que cada vez serán más acuciantes.

Charco de la Boca en El Rocío, donde termina el arroyo de La Rocina.

Las Mentiras

Otro dicho común, cuyo autor pudo ser Esquilo, es que “la primera víctima de la guerra es la verdad”. En esta guerra política que han iniciado los sectores más conservadores de nuestro país, las mentiras y los bulos se han difundido sin pudor, confundiendo a la población y, como ya se ha dicho, dificultando así el necesario  debate y la toma de decisiones basada en los datos científicos.

Ante esta situación de solución compleja, que implica luchar contra el cambio climático pero también adaptarse a la escasez creciente de agua dulce, se necesita tomar medidas consensuadas y cambiar el paradigma sobre la extensión del regadío. Habría que discutir nada menos que sobre los territorios que merecen ser regados y cuales no.

Un primer paso será, seguramente, reducir la superficie de regadío de nuestro país. Pero, lejos de eso, hemos asistido a la agitación de una consigna que parece que suena bien: “agua para todos”. Como si todos tuviéramos derecho a tener toda el agua que deseemos. Este lema se usa para alentar la construcción de infraestructuras hídricas como grandes embalses y trasvases, que es la segunda mentira que se agita durante las sequías: “esto no pasaría si se hubieran construidos más embalses”.

Los ríos no son solo unas fuentes de recursos para regar nuestros campos o mover nuestra industria y aumentar nuestra productividad. Son, sobre todo, fuentes de vida para nuestros ecosistemas, alojan vida y alimentan la vegetación de ribera. Es por eso que hay que garantizar siempre el caudal ecológico. Pero además, vemos que nuestros ríos están surcados a menudo por numerosos obstáculos inútiles como azudes y algunas presas en desuso. Ha empezado una campaña para renaturalizar los ríos que consiste sencillamente en el derribo de estos obstáculos, lo que permite que todo el ecosistema del río reflorezca. Esta campaña ha servido a la derecha para atacar al gobierno acusándolo de agravar la sequía . Han aparecido noticias absurdas contra el derribo de presas en desuso, como la de Valdecaballeros, que se construyó para aprovechar la posible electricidad sobrante de una central nuclear que nunca llegó a funcionar.

Los recursos hídricos disponibles serán, como se ha visto, mucho menores. La construcción de más embalses solo dará lugar a más embalses vacíos en las épocas de sequía. No es esa la solución a largo plazo a nuestros problemas y no debería presentarse como tal. También es necesario explicar que no habrá agua para todos, para todos aquellos que decidan poner en regadío más hectáreas, ni siquiera para los que ya lo han hecho.

El debate sobre los regadíos ilegales en las cercanías de Doñana es el ejemplo más claro de agitación de estos bulos. La Junta de Andalucía, gobernada por el PP, promete que habrá agua en el futuro para todos los regadíos, legales o no, sin esquilmar Doñana. Es una falsedad: no habrá agua. Y lo más sensato es reducir urgentemente la presión sobre el Parque mediante el cierre de los pozos ilegales.

Otro lema que aparece es que el agua de los ríos “se pierde” en el mar, en lugar de aprovecharse. Es conocido que la aportación de sedimentos favorece la creación de playas y deltas y el agua dulce disminuye la salinidad en la costa alejando a especies como las medusas.

El colmo llega ya cuando se habla de que la sequía puede producir escasez de alimentos a corto plazo. Y, lógicamente, la culpa será de quien no ha construido embalses para almacenar agua. No importa que no haya agua para llenarlos, ni que gran parte de nuestra agricultura se oriente a la exportación o al cultivo para alimentar al ganado. O que, por ejemplo, buena parte de nuestro grano se importe ya en la actualidad. La agricultura en España, y nuestro país no es una excepción, no está orientada a la soberanía alimentaria ni garantiza el autoabastecimiento. Por eso la escasez de algunos alimentos podría depender más de fenómenos geoestratégicos o de enfrentamientos bélicos que de nuestras cosechas.

A vista de todo lo dicho, se hace imprescindible y perentoria una reflexión sobre nuestra agricultura y el subsiguiente consumo de agua, incluyendo la ordenación de la distribución de regadíos en el territorio. Las dinámicas políticas puestas en marcha por la derecha no ayudan nada, no hacen sino agravar la situación.

El gran error de la ONU y el expolio de Palestina

Hace 75 años, en 1947, la ONU cometió un gran error al proponer crear dos estados en Palestina, contra la voluntad de la mayoría de la población autóctona, palestina, que no quería su división.

En 1947 la ONU cometió un grave error al aprobar por mayoría una resolución de partición territorial de Palestina, que estipulaba vinculación económica entre dos partes–Estado, pero no vinculación política ni administrativa.

La ONU, por error, violó su propia resolución de partición de Palestina, cuyo preámbulo proclamaba que se respetarían los derechos de la población árabe.

En noviembre de ese año la ONU cometió, por mayoría, el craso error de asignar para solo uno de los dos futuros Estados de Palestina (el que llamó “Estado judío de Palestina”) grandes extensiones de territorios, propiedades y recursos desposeyendo de ellos a sus propietarios no judíos.

Ese 29 de noviembre de 1947 la ONU aprobó un mapa que creaba, por error, las “islas territoriales” de Gaza y Yafa, zonas de Palestina que eran claves por su actividad intercambiadora.

Y añadió otro error al constituirse en administradora de una tercera parte de Palestina (Jerusalén y su entorno), clave para la interrelación poblacional.

Y a ese error añadió otro: no aseguró de facto el funcionamiento de las Comisiones de reparto y el cumplimiento de las indemnizaciones.

A más error, la ONU aceptó como Estado al autoproclamado Estado Tierra de Israel, el cual no había cumplido las normas de la ONU pues no indemnizó bajo supervisión de la comisión de la ONU, sino que se apropió por la fuerza y la violencia de lo que se le había asignado en la ONU y demás territorios y recursos no asignados.

La ONU, por error, no toma medidas para que Israel indemnice a los desposeídos, ni para que devuelva a la ONU la administración de Jerusalén y su entorno.

La ONU, a más error, sólo ha reconocido al Estado de Palestina con estatus de observador.

¡Qué error de la ONU pensar que Palestina y los palestinos no iban a reclamar sus derechos nacionales y a luchar por su propiedades, su dignidad y su libertad! Son más que errores, son graves hechos de injusticia, actos que vulneran la Carta de la propia ONU. Injusticias y errores que claman al cielo. Pero desde el cielo llegan bombas. La prisión en que se ha convertido toda Gaza es una gran cámara de gas. “¡Ay almas de los muertos en los presidios nazis, si vosotros supierais!”, advirtió hace décadas un poeta palestino.

Carmen Ruiz Bravo–Villasante Catedrática arabista